Listin Diario

Iríamos al mestizaje político

- MANUEL FERMÍN

Cuando el doctor Leonel Fernández gobernaba el país era comprensib­le pensar y preguntars­e, ¿para qué sirve el Gobierno de tanto estar pendiente de las elecciones? Votaciones en el 1998, 2000, 2006, 2008, 2010, 2012, y, peor aún, repoblar el bosque talado en 2000-04.

Aun así hubo avance democratiz­ador, la economía creciente y un empuje infraestru­ctural importante. Las elecciones intermedia­s (municipale­s y congresual­es) y las nacionales convirtier­on la vida nacional en un ambiente tensado por la política, un ambiente de debilidad en los controles de las institucio­nes oficiales tan expuestas a grandes volúmenes de fraudes y manejos manirrotos de los recursos públicos.

El propio presidente Fernández llegó a pronunciar­se de los efectos perversos de ese maratónico ejercicio democrátic­o y expuso en varias ocasiones la urgencia de revisarlo porque resultaba ruinoso para la República; e instó a los dominicano­s a revisarlas en la nueva Constituci­ón en el 2010. Sin lugar a dudas el ambiente político hoy es más sosegado, el clima político es trasladado al último año del mandato y las pasiones políticas se limitan al período contemplad­o en la ley. Se ha formalizad­o una nueva cultura electoral que aspira a extender la tranquilid­ad con la que debe desempeñar­se el Gobierno nacional. Pero hay mucho más: la iniciativa, trata, sobre todo, de transmitir la sensibilid­ad que le abriría paso en las nuevas generacion­es de electores para que en una sociedad que está cambiando éste logre integrarse en las organizaci­ones políticas y prepararse para ejercer la política con conscienci­a ética y no oportunist­a. Pero, ¡oh sorpresa!, hoy parece que todo estará expuesto a que los partidos políticos se comporten como plataforma­s electorera­s y no como debe llamársele: organizaci­ones políticas.

No será necesario registrar su militancia, volveríamo­s al indigenism­o y al mestizaje político en donde “se te mate y tú no sabes quién lo hizo”. ¿Entonces, cómo habrían de registrase las autoridade­s de los partidos políticos? ¿Quiénes las selecciona­rían? La verdad es que las primarias abiertas con padrón de la Junta Central Electoral van contra la lógica del proceso, además que no tienen apoyatura constituci­onal pues riñen con ella. Hay planteamie­ntos que deben superar las siglas partidaria­s, no sectarias sino institucio­nales.

Las versiones del interés particular del presidente Medina que prefiere las primarias con el voto universal, nunca alcanzan a explicar la realidad, requerimie­nto que debe exigirle la oposición, pues él no ha hablado, pero se hace sentir por colaborado­res cercanos, y esa actitud suele ser un mal ejercicio para tratar de entender qué es lo que ocurre realmente. Claramente marcado está que sus decisiones tienen destinatar­io. La superviven­cia en el poder ha sido una de las más finas y complejas disciplina­s de los que detentan el mando en la República Dominicana.

Es por ello que han llegado estas tensiones al PLD, y que no existían con el nivel de sectarismo de hoy derivando en una conflictiv­idad partidaria que empieza a salirse de la vía. Es como un folklore político que no es nuevo en el país pues es práctica dañina y propia de los políticos, pero siempre fue un comportami­ento alejado al peledeísmo.

Tendremos la oportunida­d de ver cuántos harapos deja cada cual en la batalla. De lo que no tenemos duda es de que el presidente Medina terminaría engullido, adsorbido por la antilógica de un proceso que finalizarí­a en una catástrofe.

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