EL BUEN TRATO
Los valores humanos conducen hacia una mejor sociedad sin distinción de raza o cultura. Permiten una libre convivencia en el mundo con las demás personas.
La clave para un ser humano sentirse bien con sí mismo y con los demás, no está en la abundancia económica o material que pueda tener, ni siquiera en su belleza física. Sino más bien, en los buenos valores que conserva dentro de su corazón y transmite a quienes están a su alrededor.
Cuando se experimenta un buen trato hacia los demás, podemos asegurar que en la mayoría de casos seremos tratados de la misma forma. Ese bienestar nos puede cambiar el día, mejorar nuestro ánimo y nuestras decisiones e impulsarnos a extender a otros ese mismo estado.
El buen trato es un hábito que produce paz y es contagioso, tiene el poder de “desarmar corazones”; en otras palabras, la cortesía tiene la capacidad de liberar las emociones negativas, pues ante un gesto gentil, la otra persona se puede tranquilizar. Es la amabilidad una fórmula para conseguir la calma en un momento hostil, evitando así una posible conducta negativa.
En su efecto multiplicador, se convierte en un valor fundamental de la cohesión social al crear sociedades más justas, pacíficas, solidarias, respetuosas y educadas.
El buen trato significa ser amable con los demás; aceptarlos como son, sin juzgarlos y comprendiéndolos tratando de ponerse en su lugar.
¿Cómo mostrar buen trato a los demás?
Ofreciéndoles una sonrisa, un trato cálido, una atención, un saludo y siendo cortés. Según Andrés Ocádiz: “Este tipo de detalles es el que cambia rostros y alegra atmósferas enteras. Las relaciones se estrechan, las sonrisas se multiplican. El trabajo se disfruta y el corazón rejuvenece. Se acrecienta el deseo de compartir el tiempo, porque la gente se siente tratada con el respeto y la dignidad que merecen”.