Mujeres sobre las tablas
Durante el II Festival Internacional de Teatro Mujeres Sobre las Tablas se hizo visible la necesidad de dar a conocer esas voces femeninas en la escena, las cuales ofrecieron diversidad de obras
Durante el reciente II Festival Internacional de Teatro Mujeres sobre las Tablas se hizo visible la necesidad de dar a conocer esas voces femeninas sobre la escena, las cuales ofrecieron diversas propuestas a los amantes del teatro de la ciudad de Santo Domingo.
El evento, realizado en conmemoración del Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, se realizó del 15 al 25 de noviembre del 2017, en la Sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito.
Su directora Elizabeth Ovalle y la Fundación Absoluto Teatro se preocuparon por visibilizar a estas mujeres durante diez días de puesta en escena, donde también se le rindió un merecido homenaje a la actriz dominicana Delta Soto. El país invitado fue El Salvador.
La pieza está escrita sin sentimentalismos, con guiño al teatro docu-ficción. Alerta Roja, descolocando la frase, llama a una interpretación metafórica de la obra. Es el más alto nivel de amenaza o alerta en diversos sistemas de información, que es a menudo utilizado para indicar un determinado tipo de emergencia.
La historia de estas tres mujeres, interpretadas por la actriz Elizabeth Ovalle, que sólo piden su oportunidad y algo de dignidad, la narra Basilio Nova con correcto atino de director que sabe lo que hace sobre la escena, pero esas perfecciones son proporcionadas con una mirada llena de conciencia, agilidad y viveza teatral, surgiendo entre las sonrisas alguno que otro hecho reflexivo, arrancado de esa realidad deteriorada.
Frida viva la vida
El drama de Frida intenta hacerse más dramático cuando entran por la puerta los problemas anecdóticos, momento en el que el amor sale por la ventana. Nuevamente la interesante vida de Frida Kahlo es llevada a la escena y esta vez le tocó a Jennie Guzmán ponerse bajo la piel de la gran artista mexicana, a pesar de los altibajos interpretativos, ella buscaba darle una sustancialidad a su compromiso de composición escénica y actoral o, en todo caso, encarnar a una Frida fémina, humana, artista, de carne y hueso que padece como cualquier otra mujer.