“La maté porque era mía”
¡QUÉ SON ESTOS MANDAMIENTOS!
El Lucia 203, cantaba Víctor Víctor esta canción de Umbrales: “yo no sé qué decirte, ni si quiero escribirte, si hoy saldrá la luna: ¿y habrá luna sin ti?”. Pues mire Usted, que, como el Umbrales anda uno, sin saber qué decir, si quiere o si podrá o no escribir este bulevar de viernes ante el horror ya cotidiano del asesinato de mujeres cualquier día, y siempre por la fundamental razón de ser mujeres. Hasta ayer, casi todo el mundo había opinado sobre esta tragedia. El gobierno en primer lugar, pero también la oposición, el empresariado preocupado, los intelectuales teorizando, los investigadores en lo suyo y dale que te pego, joder, pero qué tiempos son estos. ¡Qué son estos mandamientos!
“UN RAYO DE LLANTO QUE NO CESA”.
Los estudios hablan de una ruptura, del fin del patriarcado que heredamos. Del derecho de propiedad del hombre, vista la mujer como un objeto; del miedo del macho a perder lo que considera es su propiedad, y que en la cultura machista que nos rige define su virilidad, su masculinidad ante la sociedad. A inicios de los noventa, cuando comenzaron las campañas contra la violencia machista y comenzaron a contabilizarse asesinatos y golpizas, entonces se decía que todo era asunto de que los medios al fin habían visibilizado la tragedia, pero pasaron los años, y justo ahora que el hombre es menos ignorante que nunca, cuando se han endurecido leyes y reproducido como verdolaga las marchas, los manifiestos, y hasta un Ministerio de la cosa tenemos, resulta que el asesinato contra la mujer “es un rayo de llanto que no cesa”. EL DRAMA Ante el drama, la ley y la cultura, la educación y un implacable régimen de consecuencias (todo junto) deberían guiar las acciones. Para las nuevas generaciones en crecimiento, la educación NO sexista en las escuelas será fundamental; para los mayores la represión puede ayudar. Ley y educación, sí, pero todo revestido por el manto de nuestra cultura y nuestras costumbres. En ese sentido, el Estado tiene en sus manos la posibilidad, de aplicar a la realidad dominicana -que por suerte no es tan diferente- el Enfoque de Cultura Ciudadana, ECC, utilizado con especial éxito en Bogotá por Antana Mockus y su equipo. Precisamente, esta semana la vicepresidencia de la República anunciaba un proyecto en ese sentido, lo que está muy bien. Pero, lo cierto es que, hasta ahora, el Estado no ha priorizado en los hechos y sobre todo en los recursos económicos el tema del asesinato de las mujeres por ser mujeres, y no creo que baste con la excelente iniciativa de vicepresidente Margarita Cedeño. Ahí está la escuela. Ahí está un Congreso todo morado, ahí están todas las agencias del gobierno central, los estudios y la experiencia bogotana, para ir desmontado antiguas y tribales costumbres, ya dije, y que no sea socialmente aceptada como ahora la violencia contra la mujer, sino todo lo contrario. Y que entienda el macho ibérico/africano que, ante la posible sospecha de una aparente afrenta o falta, su único derecho es el adiós y quizás el olvido. Al fin, el único rencor decente contra un hembra es un bolero; y la única venganza, ser feliz.
DON ANTANAS S.O.S.
Si no hay un plan nacional con todo el apoyo del Estado, (no solo de la Vicepresidencia y sus limitados recursos) más el del sector privado que espontáneamente ya ha comenzado a trabajar en el tema, todo quedará en burdas marchas figureras, poses para el telediario, y vagas palabras que sin hechos son la nada. Entonces, muy señor gobierno, mándese a buscar al profesor Antanas y el resto de su equipo, a ver si entre todos comenzamos a desmontar esa jodida cultura machista que resume una frase maldita: “la maté porque era mía”. (Por cierto, lo de amarlas o escribirle poemas es opcional y está muy bien. Pero lo verdaderamente importante e innegociable -hijo de tu santa madre- es respetarlas.