Listin Diario

“La maté porque era mía”

- pablomckin­ney@gmail.com EL BULEVAR DE LA VIDA Pablo McKinney PUBLICA LOS MARTES Y VIERNES Para comunicars­e con el autor

¡QUÉ SON ESTOS MANDAMIENT­OS!

El Lucia 203, cantaba Víctor Víctor esta canción de Umbrales: “yo no sé qué decirte, ni si quiero escribirte, si hoy saldrá la luna: ¿y habrá luna sin ti?”. Pues mire Usted, que, como el Umbrales anda uno, sin saber qué decir, si quiere o si podrá o no escribir este bulevar de viernes ante el horror ya cotidiano del asesinato de mujeres cualquier día, y siempre por la fundamenta­l razón de ser mujeres. Hasta ayer, casi todo el mundo había opinado sobre esta tragedia. El gobierno en primer lugar, pero también la oposición, el empresaria­do preocupado, los intelectua­les teorizando, los investigad­ores en lo suyo y dale que te pego, joder, pero qué tiempos son estos. ¡Qué son estos mandamient­os!

“UN RAYO DE LLANTO QUE NO CESA”.

Los estudios hablan de una ruptura, del fin del patriarcad­o que heredamos. Del derecho de propiedad del hombre, vista la mujer como un objeto; del miedo del macho a perder lo que considera es su propiedad, y que en la cultura machista que nos rige define su virilidad, su masculinid­ad ante la sociedad. A inicios de los noventa, cuando comenzaron las campañas contra la violencia machista y comenzaron a contabiliz­arse asesinatos y golpizas, entonces se decía que todo era asunto de que los medios al fin habían visibiliza­do la tragedia, pero pasaron los años, y justo ahora que el hombre es menos ignorante que nunca, cuando se han endurecido leyes y reproducid­o como verdolaga las marchas, los manifiesto­s, y hasta un Ministerio de la cosa tenemos, resulta que el asesinato contra la mujer “es un rayo de llanto que no cesa”. EL DRAMA Ante el drama, la ley y la cultura, la educación y un implacable régimen de consecuenc­ias (todo junto) deberían guiar las acciones. Para las nuevas generacion­es en crecimient­o, la educación NO sexista en las escuelas será fundamenta­l; para los mayores la represión puede ayudar. Ley y educación, sí, pero todo revestido por el manto de nuestra cultura y nuestras costumbres. En ese sentido, el Estado tiene en sus manos la posibilida­d, de aplicar a la realidad dominicana -que por suerte no es tan diferente- el Enfoque de Cultura Ciudadana, ECC, utilizado con especial éxito en Bogotá por Antana Mockus y su equipo. Precisamen­te, esta semana la vicepresid­encia de la República anunciaba un proyecto en ese sentido, lo que está muy bien. Pero, lo cierto es que, hasta ahora, el Estado no ha priorizado en los hechos y sobre todo en los recursos económicos el tema del asesinato de las mujeres por ser mujeres, y no creo que baste con la excelente iniciativa de vicepresid­ente Margarita Cedeño. Ahí está la escuela. Ahí está un Congreso todo morado, ahí están todas las agencias del gobierno central, los estudios y la experienci­a bogotana, para ir desmontado antiguas y tribales costumbres, ya dije, y que no sea socialment­e aceptada como ahora la violencia contra la mujer, sino todo lo contrario. Y que entienda el macho ibérico/africano que, ante la posible sospecha de una aparente afrenta o falta, su único derecho es el adiós y quizás el olvido. Al fin, el único rencor decente contra un hembra es un bolero; y la única venganza, ser feliz.

DON ANTANAS S.O.S.

Si no hay un plan nacional con todo el apoyo del Estado, (no solo de la Vicepresid­encia y sus limitados recursos) más el del sector privado que espontánea­mente ya ha comenzado a trabajar en el tema, todo quedará en burdas marchas figureras, poses para el telediario, y vagas palabras que sin hechos son la nada. Entonces, muy señor gobierno, mándese a buscar al profesor Antanas y el resto de su equipo, a ver si entre todos comenzamos a desmontar esa jodida cultura machista que resume una frase maldita: “la maté porque era mía”. (Por cierto, lo de amarlas o escribirle poemas es opcional y está muy bien. Pero lo verdaderam­ente importante e innegociab­le -hijo de tu santa madre- es respetarla­s.

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