Error del PLD
El doctor Euclides Gutiérrez Félix --que es de la gente que, por edad y una cuestión elemental de relevo, ya debió pasar a retiro en el CC y en la burocracia estatalha dicho que el PLD se ha ido “perredeizando” con el tiempo. Y el pecado no sería por parecerse en algo bueno, sabiéndose que el morado fue cuña salida del blanco, sino porque uno ha ido copiando las mañas o viejas prácticas políticas del otro. El PRD comenzó a dividirse desde su origen, y ni decir cuando fue poder, el que –con la sola excepción de los siete meses de Bosch– perdió y no ha vuelto a recuperar, como consecuencia de las fracturas e interminables luchas de los que, indistintamente, lo han dirigido. En el caso del PLD, la disciplina férrea y la capacidad, de acuerdo dentro de las diferencias (que le hacían distinto y fuerte) lo ha ido abandonando o arriesgando en la medida que se prolonga gobernando. Al PRD, con maleficio divisionista de origen, le hizo daño. El paso por el poder y la ambición desmedida de sus líderes alejó la posibilidad de cumplir el pronóstico de Peña Gómez, de que “todos pudieron haber sido presidentes”. Su caso, el de Jacobo y el de Hatuey, son ejemplos a la vista, aunque se sabe que para cerrarle el paso a Peña hubo factores adicionales y externos, como la intervención directa del doctor Balaguer, con botas, con votos y con recursos de un poder que ejercía a plenitud, aun con sus limitaciones físicas. Hasta cuando en el PLD-Gobierno mantuvo un liderazgo político centrado en la figura de Leonel Fernández mayormente, la unidad y la vocación de poder siempre se pusieron de manifiesto. Aunque se sabe de “sacrificios”, primero de Danilo y luego de Leonel, a fin de no afectar al Partido ni arriesgar el control poder. El problema, a nivel de quebrar la tradicional disciplina, de “perredeizar” el PLD y poner todo a peligrar, ha sido a partir de la realidad de un liderazgo compartido y cuasi igualitario entre Leonel y Danilo. Aun cuando ha sorteado con éxito algunos casos críticos, lo de la “vocación” era relativo, y fue por un tiempo. El poder marea, transforma y nubla la razón y el entendimiento. Ojalá Leonel y Danilo --llamados a un honroso e inteligente gran acuerdo (o se ayudan o pierden ambos)– sorprendan y, además del abrazo, saquen de la manga la salida del 2020 (¿).