ESPECIAL DE NAVIDAD
En Navidad todo es especial y la cena de Nochebuena podría convertirse en una explosión de estrés. Y es que tanto el anfitrión como el invitado pueden cometer una serie de equivocaciones que van desde la forma en cómo se invita, la elección de la comida, los temas de conversación, hasta cómo dar las gracias.
Los buenos modales son imprescindibles durante todo el año y, aunque parezca lo contrario, cuando compartimos en familia debemos ponerlos en práctica y cuidar hasta el más mínimo detalle. Esta guía de etiqueta te ayudará a disfrutar de una noche armoniosa si eres anfitrión o invitado.
No llegues tarde, ni con alguien que no esté invitado. No es justo que el anfitrión demore la cena por tu impuntualidad. Si sabes que no llegarás a tiempo a la cena, debes informarlo para que no esperen por ti. ¡Puedes ofrecerte a acompañar a la familia para el postre! Tampoco llegues antes de la hora pautada, esto también puede ser imprudente.
Valora el esfuerzo de quienes ofrecen su hogar para la celebración.
Aprecia los detalles y elogia el ambiente festivo del hogar. No olvides una nota manuscrita de agradecimiento es muy apreciada en esta época por su alto valor sentimental.
No monopolices la conversación.
Habla de temas en los que todos puedan compartir. Hablar sólo de tu hijo y de lo bien que le va en el colegio puede aburrir. Si la conversación es sobre las tradiciones en la Navidad, comparte las tuyas sin exagerar.
Si no te puedes quedar toda la noche, debes decirlo con antelación.