Dos retos el 18
El Gobierno ni organismo oficial alguno tienen control sobre la entrada en circulación de miles de autos de todo tipo y marcas cada año a calles y carreteras del país, como tampoco del ingreso masivo, alarmante e irresponsable de indocumentados del vecino Haití. Con mucho éxito comercial, los bancos promueven ferias cada año en las que venden a tasas atractivas miles de autos, que se suman al montón que circula, pero sin que se saque una parte de los más viejos que contaminan el ambiente y aumentan los trastornos en las ya congestionadas vías públicas. Los carros, guaguas, camiones, motores, triciclos (con venduteros haitianos en vía contraria) y hasta carretas, cada día son más, pero las calles son las mismas. Donde se entra y no se saca, se convierte el tránsito en un caos, en un gran desorden –como lo es (en distintos puntos críticos) a todas horas– en la capital y en cualquier provincia o pueblo. En esa circunstancia, no hay elevado, túnel ni esfuerzo sobrehumano de los Amet o de los planificadores del nuevo Intrant que resulten efectivos (¿). Es una cuestión elemental de número y de espacio. Sencillamente, en las vías –que no resisten más desorden, anarquía y peligro para el que anda a pie o el conductor correcto– no caben más automóviles. (Tampoco puede permitirse de manera indiferente e insensible que sigan entrando indocumentados del vecino país de manera masiva e incontrolada, sin medirse ni advertir las consecuencias , y sin que se sepan cuántos son y dónde están los que ingresan, porque tenemos la frontera abierta de par en par). Ante la historia, los dominicanos indiferentes, y los que fomentan el apoyo y protección desbordados de los intereses de los nacionales del otro lado, pecarían de ser grandes irresponsables y traidores a la tierra que les dio la vida. El sábado al caer la tarde regresaba de mi natal San José de Ocoa y, a apenas un poquito más adelante del peaje de la Seis de Noviembre, caía en el tapón-cuello de botella que se forma a distintas horas en el cruce de la 27 de Febrero con Luperón, 27 con Isabel Aguiar y demás, cuya solución fue anunciada desde cuando Diandino Peña estabas en Obras Públicas. El caos de ahí no aguanta más tiempo. Y... por fin, leí en el LISTÍN que hay un plan de movilidad urbana y de reforma del Corredor de la 27. ¡Vuelvo!