"Luis": dramatismo y de buena intención
"Luis", que se encuentra en las salas de cine local, sigue la línea aleccionadora de la filmografía de Archie López, en una historia que hurga en las relaciones padre e hijo.
Archie López es un realizador en cuya obra siempre está presene la intención de dejar un mensaje o presentar la mejor cara del dominicano, bien sea en su carácter o en lo bonito que puede tener la parte rural y la urbana.
Ahora se encuentra en las salas de cine local su primer drama, que representa también su estreno en la escritura de la historia.
Protagonizada por Alfonso Rodríguez y Axel Mansilla, la cinta narra la historia de un policía heroico y condecorado que tiene que lidiar con la mala conducta de su hijo menor, quien se ha dejado seducir por la marihuana y el alcohol.
El coronel Rosario, personaje que interpreta Rodríguez, es un tipo duro de mediana edad, como el que acostumbran realizar actores internacionales como Bruce Willis o Liam Neeson.
Esto hace que la cinta tenga elementos de acción, como el principio, en la escena de la cárcel y el enfrentamiento con Pereyra (un correcto Irving Alberti), entre otras secuencias.
Rodríguez hace aquí su rol más largo en los últimos años, luego de haber hecho papeles secundarios en filmes como “La soga” (Josh Crook, 2009), “Jaque mate” (José María Cabral, 2012), o “Noche de circo” (Alan Nadal Piantini, 2013).
En el otro extremo está Luis, que encarna Mansilla, hijo del policía y quien es un jovencito que empieza a descubrir el fuego del licor y el atractivo de las mujeres. Todo esto al tiempo que se ve tentado a probar las drogas junto a sus compinches, (Sergio Echenique y Alexander Rodríguez).
Uno de los elementos que mejor se manejan en esta película, que López ha creado a partir de una experiencia vivida por uno de sus hijos, es la edición. Ejemplo de ello es el montaje paralelo de cuando por un lado el joven Luis va llegando al colegio, mientras que al mismo tiempo su padre el coronel Rosario va llegando a su nuevo cargo como viceministro de Interior y Policía.
Igualmente, cuando Luis está a punto de tener sexo con una jovencita y el coronel está en un tiroteo enfrentando a un criminal. El primero abre una puerta para caer en brazos de la chica, mientras que otra se abre para que el segundo reduzca al delincuente.
Elementos estos que dan forma al lenguaje de la cinta, que es una carrera hacia la pérdida de la inocencia de la peor manera de un jovencito. En el tercer acto es cuando todo lo que puede destacarse del filme se va a pique con la escena del juicio, en la que el espectador no sabe si reír o llorar.
De igual manera el desenlace hace caer la trama (el plano cursi e innecesario de Nanssie Santelises agarrada a la verja). Igualmente este filme supone un paso en el camino que quiere seguir López, con su aleccionadora forma de entender su quehacer cinematográfico.