PANCARTA ¿Cerco a la Asociación de Industriales de Herrera?
Las prácticas predominantes de los últimos años han subido tanto su alto relieve que tampoco se pueden ocultar (vale la redundancia).
En la costa sur con la llamada “justicia” impera un relajo que el oficialismo actúa “convencido” de que todo lo que hace se debe aplaudir, o se puede desmentir a “sigún” lo que convenga.
Pese al incalculable volumen del escándalo Odebrecht, ha sido un choteo convertido en escarnio a la opinión pública lo que hace una “justicia” manipulada.
Y todavía piden muestras de más pruebas.
Una amalgama de líderes empresariales perdió la oportunidad de fijar independencia o marcar distancia, que le ofrecieron múltiple medios televisivos. Ni por disimulo fueron cautos. Mientras varios se limitaron a “pelar los dientes”, otros fueron incondicionales a lo que quiere el Palacio.
Igual hace una JCE “hecha a mano” llevando al país como “ganado” para el matadero, mientras cada vez resulta más obvio el silencio cómplice del saco, la corbata, el cuello y los espejuelos. Todos muertos de risa (“la cámara los vio así”). Lo triste en este tema es la inmovilidad sumisa de la partidocracia grande y la chiquita, convergentes en la plaza de la “oposición cero”. A esta actitud se le ve el ruedo del refajo cuando se esgrime un titulado “pacto social”, que el oficialismo “no pide ni lo golosea”, pero si se lo dan, se lo “jondea”, en el formato de “bajadero”.
Está en agenda la Asociación de de Empresas Industriales de Herrera, cuya tradición en defensa de su asociados y de los consumidores ya quisiera exhibirla el CONEP. Es una pena que uno que otro otrora dirigente fragüero actúe de “guachimán” del oficialismo. (Vale todo mi respeto para los custodios civiles)
Ante el llevado y traído Pacto Eléctrico hay quienes no disimulan activar por encargo una artillería pesada contra cuantos se nieguen a legitimar el desorden en el sistema eléctrico, cuyas consecuencias afectarán los intereses de la pequeña y mediana empresa y de la ciudadanía.
Sigamos atentos, porque “el juego no termina hasta que no se acaba” (según Yogui Berra).