Despidiendo el año
La actuación de los Toros del Este y las Estrellas Orientales en el Torneo de Béisbol Profesional de la República, fue una muestra de profesionalidad y respeto a la fanaticada, que ha hecho del béisbol el deporte rey de los dominicanos. La gallardía de estas dos instituciones del deporte es un ejemplo de la madurez a que ha llegado esta industria, pasatiempo que nos sirve de paliativo para disipar con pasión deportiva lo que es una actividad sana para finalizar e iniciar un nuevo año; callarlo es ignorar lo que significa el trabajo ejemplar en pro del crecimiento de una idiosincrasia que llevamos en las venas y que se ha convertido en una “marca país” hacedora de grandes lauros y méritos que nuestros embajadores del béisbol han ofrendado a la Nación. Es propicia la ocasión para reconocer a los ejecutivos y jugadores que mueven esta gran industria. También es justo saber decir en su momento lo que debemos callar cuando no es prudente. El hombre nunca es más dueño de sí, que en el silencio, dejando de lado las habladurías; solo se habla cuando se tiene algo que decir más valioso que el silencio. En momentos, el silencio hace las veces de sabiduría en un hombre limitado, y de capacidad en un ignorante. Es propio de un hombre prudente decir poco y realizar grandes hechos. El silencio es necesario en muchas ocasiones, pero siempre hay que ser sincero, porque el pensamiento no se disfraza. En tal sentido, con esta entrega estamos finalizando el 2017 y no podemos callar lo que queremos decir a nuestra sociedad de cara al 2018: que resaltemos los valores familiares; que combatamos la impunidad de las acciones reñidas contra la Ley; que avancemos reconociendo que en la legalidad y la transparencia en el manejo del patrimonio de todos está la equidad en que se apoya la verdadera gobernabilidad de nuestro país; que abracemos y defendamos los valores patrios que nos legaron los fundadores de nuestra Nación y con ello, defendamos nuestra soberanía para garantizar la libertad a nuestra descendencia; que la seguridad ciudadana sea la prioridad en el respeto a la vida; y que todos estos deseos cuenten con la bendición de Dios, como guía y salvador del pueblo dominicano.