EL NARCOTRÁFICO VA EN AUMENTO

Quienes conocen un poco de investigación saben que no hay punto de comparación entre la cantidad de droga que se captura y la que pasa rauda hacia su mercado. La que burla la vigilancia de las autoridades es infinitamente mayor. La Isla de Santo Domingo es desde hace mucho tiempo un punto de trasbordo de grandes cantidades de narcóticos, y a juzgar por las incautaciones de este año, esa actividad criminal va en aumento y está demostrando mayor capacidad de corromper a la autoridad y a otros estamentos de la sociedad. El LISTÍN DIARIO se ha ocupado de publicar –y lo hizo ayer miércoles 27 de diciembre de 2017- un trabajo comparativo de las incautaciones informadas por las autoridades, principalmente por la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y la Oficina Nacional de Estadística (ONE), con las que se demuestra que hay un auge sostenido de captura de cocaína en su tránsito de Sudamérica hacia Estados Unidos y Europa.

Los datos son incontrovertibles: durante el año 2015 las autoridades informaron que incautaron 9,277 kilos de cocaína, en el 2016 la cantidad se incrementó modestamente hasta llegar a 9,673 kilos, 400 kilos más, pero en el año que finaliza ya han sido capturados 12,843 kilos, con un incremento formidable de 3,170 kilos. ¿Esa mayor incautación sería por mayor eficacia de la autoridad? Es probable, pero solo en parte porque si unos narcotraficantes lograron tomar el control de un aeropuerto internacional con la complicidad de las autoridades colocadas allí para impedir esa actividad criminal, hay motivos para dudar. Más aun, si en el más reciente cargamento de cocaína capturado en la costa sur del país la autoridad encausa a un regidor y lo tiene preso, una parte de la autoridad –civil y militar- no está cumpliendo con su deber, y en cambio está traicionando a su mando. La captura en Colombia de un “empresario” venezolano con amplios negocios y arraigo en República Dominicana, y a quien se señala como el principal capo de Venezuela y líder de un cartel, también demuestra que República Dominicana parece un terreno fértil para que el crimen del narcotráfico aliste sus bestias en el centro del mar Caribe ante las dificultades que pueda tener su negocio en la frontera de México con Estados Unidos, donde Donald Trump promete cerrar el paso con un muro.

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