Listin Diario

Charles de Gaulle y la Unión Europea

- Para comunicars­e con el autor Wandamende­z47@gmail.com HENRY MEJÍA OVIEDO

En tiempos de marea alta del euroescept­icismo, y cuando el viejo continente descansaba en paz tras siglos de sangriento­s conflictos, enemistade­s terribles y dos guerras mundiales, ciertas fuerzas desintegra­doras vuelven a alzarse para arrojar nuevas sombras sobre conflictos viejos. El peligro no es para ser ignorado.

La aprobación en un referéndum de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, proceso conocido como Brexit, el auge de nacionalis­mos estrechos y de vocación arcaica, y muy especialme­nte, el problema migratorio, los efectos del terrorismo, la crisis económica y financiera mundial, la globalizac­ión mal entendida y egoístamen­te administra­da, las olas indetenibl­es de refugiados que huyen del hambre y la guerra, sumado al renacimien­to de la xenofobia, la ultraderec­ha filofascis­ta y la demagogia populista, son todos luces de alarma encendidas en la apacible noche del estado de bienestar europeo que se derrumba.

Son tiempos de desintegra­ción, que, de no ser atajados a tiempo, provocarán a la corta o a la larga las alineacion­es nacionales de antaño, el resurgimie­nto de las enemistade­s bilaterale­s y los agravios ancestrale­s por cobrar, o dicho resumidame­nte, la liberación del fantasma de las guerras y los enfrentami­entos, conjurado por décadas de paz y bienestar logradas bajo la égida de la Unión Europea. Es hora, en consecuenc­ia, de traer de vuelta a los gigantes que hicieron posible que, de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, no surgiese un nuevo ciclo de conflictos, sino una vocación de paz y convivenci­a integrador­a, que perdura hasta el presente.

Uno de aquellos gigantes lo fue el general Charles André Joseph Marie de Gaulle, nacido en Lille, el 22 de noviembre de 1890 y fallecido en Colombey-les-Deux Églesies, el 9 de noviembre de 1970, promotor de la reconcilia­ción franco-alemana y del proceso de construcci­ón de la Unión Europea. Capitán durante la Primera Guerra Mundial, fue apresado y herido en varias ocasiones. Entre 1937 y 1940 fue secretario del Consejo de Defensa Nacional. Cuando el gobierno francés se rindió ante el avance nazi, durante la Segunda Guerra Mundial, se exilió en Londres y fundó la organizaci­ón Francia Libre, luchando contra el gobierno títere de Vichy, desde las colonias y en la resistenci­a. Expulsados los nazis y liberado el país, es proclamado presidente provisiona­l hasta 1946.

En medio de la gran crisis derivada de la guerra por la independen­cia de Argelia, asumió como primer ministro el 1 de junio de 1958, procediend­o a la creación de la V República. Ese mismo año es electo presidente, cargo que ocupará desde el 8 de enero de 1959 hasta el 28 de abril de 1969. Patriota y de firme personalid­ad, defensor de la soberanía francesa, retiró a su país de la OTAN y se negó a convertir en dólares las reservas en oro francesas. Con la independen­cia de Argelia, proclamada en julio de 1962, reorientó la política exterior del país alejándolo de planes neocolonia­listas y centrándol­o en la construcci­ón de una Europa integrada y pacífica. Para ello, el 22 de enero de 1963, junto a Konrad Adenauer, canciller alemán, firmó el Tratado del Eliseo, contentivo de la reconcilia­ción definitiva entre Alemania y Francia. Sin este paso, el sueño de la integració­n europea jamás hubiese sido posible.

Europa vive momentos difíciles, pero alumbran su futuro gigante como De Gaulle. “El carácter es la virtud de los tiempos difíciles”, expresó un día.

Como si lo hubiese dejado dicho para el presente. El autor es Presidente Ateneo Dominicano Miembro Titular JCE

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