Guía para el 2018
De inicio del 2018, deberíamos proponernos ser mejores; aprender de errores y de tropezones en el año recién ido, para reencausarnos por el camino más correcto y darle un mejor sentido a la vida. Y a tono con ese mismo punto de mira, sería oportuno -y a modo de reflexión– recordar en estas líneas solo algunas de tantas palabras sabias y aleccionadoras, que han quedado para siempre plasmadas en el tiempo, como ejemplo y alimento de vida para aquellos seres humanos que, sin considerarse superiores, quieren ser diferentes al grueso de los mortales que no reparan en nada; en cuánto daño hacen a los demás, a la sociedad o se hacen a ellos mismos, solo con la inobservancia o la indiferencia.
Como éstas de Miguel de Cervantes (Don Quijote de la Mancha) : “Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes; nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte; el miedo al poderoso, y a nosotros mismos. La cosa mas fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas; la buena conciencia; el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén”. O estos deseos de Eduardo Galeano, que el amigo Iván Mancebo hizo suyos y quiso compartir con nosotros: “Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza. Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano;
Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibamos órdenes que humillen nuestra conciencia o violen nuestro sentido común. Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.
Ojalá podamos seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego. Ojalá podamos tener viva la certeza de que es posible ser solidario y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo”.
¡Que Dios guíe los pasos, las acciones y las decisiones de los dominicanos –gobernantes y gobernados- en este el 2018, para que sean los mejores!