La gran ausente en salud
Durante el año 2017 el país tuvo un buen desempeño en materia de control de epidemias, lo que demuestra que la vigilancia del Ministerio de Salud responde en forma oportuna a las amenazas.
El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica registró 29 alarmas por la presencia de enfermedades febriles de vías respiratorias, diarreicas, febriles eruptivas, hepatitis viral, varicela y conjuntivitis, detectadas en 27 centros sanitarios del territorio nacional.
Fue notable la baja incidencia de enfermedades de propagación rápida como dengue, zika, chikungunya, cólera y malaria.
La enfermedad que mayores efectos letales provocó fue la leptospirosis, que durante el año mató a 79 personas de 792 casos detectados y tratados. Ese es el registro oficial, sin que se conozca, como es natural, el número de afectados y muertos (sub-registro) que no acudió a procurar asistencia médica a clínicas o a hospitales.
El 10% de los casos de leptospirosis tratados, murió. Se trata de una enfermedad altamente peligrosa, pero el país carece de suficientes laboratorios para ayudar a diagnosticarla con tiempo para una atención eficaz y oportuna. En el caso del dengue, que cuando se torna hemorrágico es muy peligroso para la supervivencia del paciente, hubo una baja incidencia y un desempeño excelente, pues de 1,359 casos probables, solo hubo un fallecimiento confirmado.
El año 2017 fue de lluvias intensas y prolongadas en gran parte del territorio nacional, provocando destrucción de viviendas, hacinamiento y un terreno fértil para la reproducción multimillonaria de roedores (que propagan la leptospira) y de mosquitos que transmiten el virus del dengue.
Si el país no fue más afectado por estas dos terribles enfermedades, se debe a los esfuerzos de los ministerios de Salud y de Obras Públicas que realizaron campañas masivas de fumigación y orientación a la población para defenderse de estos flagelos.
Ese resultado demuestra que la educación sanitaria es la clave para evitar enfermarse y propagar una afección, que siempre es más barata que curar. El gran problema del país en materia de salud preventiva es que el sistema de seguridad social contempla que las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) realicen salud preventiva, y los asalariados y patronos pagan para que se les dé ese servicio, pero hasta hoy, ninguna lo hace, ni devuelve ese dinero. ¿Cuándo las ARS lo harán? Cuando el Gobierno las obligue y ya es hora de obligarlas.