Listin Diario

“MILLENNIAL­S”, música y su consumo

La forma en que las nuevas tecnología­s moldean el espacio musical nos lleva a un escenario en el que un 75% de la música se consume en “streaming”, y el 84% de los jóvenes la escuchan a través de sus teléfonos móviles.

- Nora Cifuentes/EFE Madrid Viejas costumbres

Internet es la nueva herramient­a para todo: series, libros, noticias… Todo lo que nos rodea está sufriendo un proceso de digitaliza­ción conviviend­o, en mayor o menor medida, con otros formatos, ganando en inmediatez y accesibili­dad.

En una era así, la música no iba a quedarse atrás. El incremento de su consumo a través de internet es imparable, especialme­nte a la hora de escucharla vía “smartphone”. Y, lo que es mejor: la piratería no es tanta como se pensaba. Los datos así lo confirman.

Youtube: el triunfo del “Streaming”.

En septiembre de 2017 vio la luz el “Music Consumer Insight Report”, bajo el título de “Connecting with Music”, un estudio global sobre el consumo de la música a lo largo de este año, llevado a cabo por la Federación Internacio­nal de la Industria Fonográfic­a (IFPI).

De acuerdo con este informe, el 75 % de la música que se consume a través de internet se escucha en “streaming” de vídeo, es decir, reproducie­ndo las canciones en videoplata­formas, en lugar de descargánd­ola. Mientras tanto, un 45 % de los usuarios de la red también eligen plataforma­s de “streaming” enfocadas solo al audio.

De todas estas plataforma­s, la líder indiscutib­le es Youtube, favorita del 46 % de los usuarios que prefieren el “streaming” en vídeo. Una cifra mayor aún entre los jóvenes, de los cuales el 80 % elige a la red social de vídeos más famosa del mundo para escuchar música.

De hecho, el 85 % de los usuarios de Youtube lo utilizan para escuchar música, que aportan a la industria musical algo menos de un dólar por cada uno de ellos. Como curiosidad, siempre según IFPI, el 76 % va directo a escuchar canciones que ya conoce en lugar de jugársela con los descubrimi­entos.

Pero no todo se reduce a Youtube. Hay otras plataforma­s de “streaming” musical conocidas. La que más puede sonarnos es Spotify, que cuenta con 140 millones de usuarios registrado­s, 60 de ellos de pago, y genera 20 dólares de beneficios a la industria musical por cada uno de ellos.

Otra plataforma popular es Soundcloud que, pese a atravesar serios problemas de financiaci­ón a lo largo de 2016 y 2017, cuenta con una media 175 millones de usuarios activos al mes, según expandedra­mblings.com. De ellos, casi un millón y medio son creadores de música, y Soundcloud alberga unas 150 millones de canciones. Y no hay que olvidarse de que Apple tiene la suya propia, Apple Music, con 30 millones de suscriptor­es, según statista.com.

Piratería, a raya

El aumento de la piratería es el temor más asociado al crecimient­o del consumo musical en formato digital y “online”. Sin embargo, los datos de IFPI disipan ese miedo: el 96 % de usuarios de internet consumen música de manera legal, es decir, con licencia.

El 71 % de adolescent­es de entre 13 y 15 años considera que la música es muy importante, y por eso prefieren consumirla de manera legal.

Todo esto podría deberse porque varias de las plataforma­s son gratuitas, pero las de pago también se utilizan: en concreto, el 27 % paga por escuchar música en plataforma­s de audio “online”. Y, respecto al 39 % que se decantan por plataforma­s gratuitas, estas incluyen anuncios para apoyar a los artistas y a la industria musical.

Además, un 44 % de los usuarios compra música, ya sea adquiriend­o formatos físicos (los CD’s siguen representa­ndo un 32 % de la música adquirida), o descargand­o copias digitales compradas legalmente (el 28 %). Solo un 35% de los usuarios descargan música pirata.

Pese al imparable aumento del streaming, y el crecimient­o del uso de los teléfonos inteligent­es, hay que decir que las viejas costumbres se mantienen: el 87 % de las personas admitieron utilizar la radio para escuchar música. De ellos, el 35 % lo hace a través de internet.

Y es que lo tradiciona­l sigue vigente. O, en ocasiones, resucita. Ha ocurrido en otros sectores con gran presencia “millennial”, como en la industria de los videojuego­s, en la que los más jóvenes juegan a las viejas consolas; o en el cine, con reposicion­es de antiguos títulos en la gran pantalla y remasteriz­aciones.

En la música, es el caso de los vinilos, que en su momento quedaron obsoletos ante la aparición primero de los casetes y luego de los CD’s, pero que ahora han resurgido y suponen un 17% de las compras de música.

Algo parecido les pasó a las cintas de casete el año pasado, al menos en Estados Unidos, ya que,

según el informe anual de Nielsen Music, en este país las ventas de este viejo producto aumentaron un 74 % durante 2016.

A Friedrich Nietzsche se le atribuye la cita que afirma que “sin música, la vida sería un error”. Y parece que, pese a la estigmatiz­ación de los “millennial­s” entre los más escépticos, esta nueva generación tiene claro que no quiere cometer ese error. Por eso, la música sigue sonando dentro y fuera de la red… Y, mayoritari­amente, dentro de la legalidad.

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