I M P AC T O E C ON Ó M I C O E N U N A C U L T U R A G A ST R O N Ó M I C A L O C A L
El psicólogo y experto en finanzas personales, Joaquín Disla, recomienda cuatro pasos para mayor rendimiento.
La gastronomía dominicana, sin duda alguna, impacta grandemente la economía de nuestro país. Esta actividad genera empleos en diversos sectores de forma directa e indirectamente y si es manejado de forma correcta, la gastronomía por sí sola puede convertirse en un atractivo para los turistas locales y extranjeros.
Tomemos como ejemplo un mofongo elaborado en cualquier restaurante y se puede ver el impacto que tiene la popularidad de un solo plato en la economía: Artesanos que elaboran el pilón, productores de plátano, productores de aguacate, productores de carne porcina, carniceros productores de longaniza, mataderos de ganado, comerciantes de carne, comerciantes de sal, empleados de preparación (cocineros) y servicio (camareros), comerciantes o intermediarios de vajillas y cristalerías, transportistas de los productos, comercio de combustible para vehículos de transporte, comercio de combustible para cocinar, entre otros.
Balanza de pagos:
Una gastronomía local arraigada es sin duda una barrera a la importación de costumbres culinarias y productos extranjeros. Esto sin duda evita que como país tengamos que buscar dólares para pagar esas importaciones.
También está el gran potencial de exportación a los países donde existen grandes comunidades de dominicanos; el orgullo e identidad por su comida hace que estos emigrantes busquen ingredientes procedentes de su país para preparar los platos que les gustan. Esto sin duda es una oportunidad para aumentar las exportaciones y generar dólares que necesita nuestra economía y al mismo tiempo apoyar los productores locales.
La seguridad alimentaria es una meta que todo país debe buscar. La FAO la define como el momento en que la población de un país tiene en todo momento acceso físico y económico a los alimentos inocuos y nutritivos, para satisfacer las necesidades alimenticias de las personas.
Para poder lograr la seguridad alimentaria se necesita un sistema productivo fuerte y para lograrlo se necesita tener un mercado seguro donde colocar la producción. A medida que se debilitan nuestras tradiciones, los habitantes tienden a adquirir costumbres alimenticias extranjeras cuyos productos deben ser importados y por tanto nos hacen dependientes de otros países y de sus políticas internas. Si el campesino no encuentra dónde colocar su producción, entonces buscará otra actividad
para vivir.