Listin Diario

2018 PONDRÁ A PRUEBA QUIÉN GANARÁ EN 2020

- FELIPE CIPRIÁN LEA LA HISTORIA COMPLETA EN www.listindiar­io.com

Ley de Partidos sigue estancada por diferencia­s en el PLD.

Al despuntar el año 2018, dos circunstan­cias confluyen en el panorama político nacional: la disputa de Danilo Medina y Leonel Fernández que frena la aprobación en el Congreso Nacional de la Ley de Partidos, y la inexistenc­ia de la oposición por una combinació­n de falta de liderazgo con visión y decisión para reclamar esta ley que se supone pondrá fin a la competenci­a desleal entre partidos gobernante­s y opositores.

La gran ausente es la colectivid­ad nacional que no presiona a esos dos dirigentes del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para que “destrampen” la aprobación de la Ley de Partidos.

Resulta irritante que una demanda nacional como es la Ley de Partidos y la modificaci­ón de la Ley Electoral, no sean objeto de firmes reclamos por las organizaci­ones cívicas y los partidos de oposición.

Esa inacción social en reclamo de la Ley de Partidos para poner fin a la competenci­a del dinero, a la infiltraci­ón del narcotráfi­co, la corrupción y las mafias en la representa­ción política, pone en evidencia la decadencia de la eterna vocación democrátic­a del pueblo dominicano.

Aunque la Junta Central Electoral se desgañita pidiendo la aprobación de la Ley de Partidos porque su demora impediría aplicarla para las elecciones de 2020, el PLD no convoca a su Comité Político para tomar la decisión de si apoyan las primarias abiertas y simultánea­s con el padrón de la Junta Central Electoral, como favorece Danilo Medina, o si como respalda Leonel Fernández deciden que sea con el padrón de los partidos.

Para no tensar las diferencia­s, prefieren que la sociedad dominicana permanezca en la tiniebla de que quien más dinero tenga, mejor ventaja ocupe para obtener candidatur­as.

A los ciudadanos parece que poco les importa con cuál padrón se escogen los candidatos, pero es innegable que para los aspirantes presidenci­ales –que ya han sido presidente­sesto es crucial por la posición que ocupan.

Leonel, consciente de que el presidente Medina tiene una mayor exposición pública y una relación y aceptación directa con los poderes fácticos, quiere que el candidato presidenci­al se escoja por el voto de los “miembros” del PLD; Danilo, también consciente de su mayúscula proyección por todos los medios, quiere que el candidato se seleccione por el voto universal con el padrón de la Junta Central Electoral.

Lo extraño es que al interior del Partido Revolucion­ario Moderno (PRM), el también expresiden­te Hipólito Mejía favorezca primarias abiertas frente a Luis Abinader, que apoya las primarias con el padrón del partido que desea representa­r.

En minoría, Hipólito acepta las primarias internas en su partido y no hace proselitis­mo para que se aprueben en el Congreso Nacional.

Mientras los jefes del PLD continúan con su desacuerdo y paralizan en el Congreso Nacional la aprobación de la Ley de Partidos, sin que empresario­s, sociedad civil, medios de comunicaci­ón (excepto el Listín que ayer publicó un editorial reclamando la Ley de Partidos) digan “esta boca es mía”, el país parece seguir su agitado ritmo para beneficio de ignorantes con “cuarto” que escalan y hunden a la República Dominicana en el abismo.

Comienza el juego

Como si se tratara de un juego de niños, tanto el sector peledeísta de Leonel Fernández como el de Danilo Medina, han comenzado a lanzar “fuegos de distracció­n” política en el panorama nacional como si todos los que los ven fuesen niños embullados en el matinée.

El periódico El Caribe publicó –a la firma de Yanessi Espinal- (saludos colega y amiga querida, cuánto tiempo sin verte y sin hablar) hace poco, un buen elaborado trabajo sobre la labor principal que realiza el buró político de Leonel: Están recolectan­do dos millones de firmas de respaldo a la candidatur­a de Fernández para las elecciones de 2020.

¿Cuál fue la respuesta del sector de Danilo?

“Marear” a Leonel presentand­o a Andrés Navarro y a Gonzalo Castillo (los dos mayores presupuest­os de los ministerio­s, exceptuand­o a Salud) como potenciale­s precandida­tos presidenci­ales del danilismo para las elecciones de 2020.

Si Leonel se come el cuento de que se enfrentará a Navarro o a Castillo, cuando su rival es Danilo, come caramelos agrios pensando que son dulces. ¡Tío Bo, el candidato será Danilo, no seáis tonto!

Las firmas para Leonel

¿Qué quiere Leonel decir con los dos millones de firmas de personas que respaldan su candidatur­a presidenci­al para 2020?

Interpreto yo que es lo siguiente: “Profesor… con esos dos millones de firmas Danilo tiene que saber que si intenta la reelección yo le divido el partido (PLD) y tengo las firmas necesarias para formar el PL (Poder Leonelista), para formar un frente opositor con mis aliados –sin Miguel Vargas-PRD, que me traicionó- y la Junta Central Electoral no tendría más opción que reconocerm­e mi PL, para postularme como candidato presidenci­al en 2020”.

Leonel no podría pensar en Miguel Vargas y el PRD como aliados porque ese hombre firmó con él el pacto de las “corbatas azules” para la modificaci­ón constituci­onal de 2010 que prohibía la reelección y lo rehabilita­ba a él (Leonel) para volver en el 2016, pero atraído por las mieles de las abejas, Vargas se fue a apoyar a Danilo para la reelección. ¿Antirrelee­ccionista de ocasión y reeleccion­ista de convicción, pese al difunto Peña Gómez? Genio de las oportunida­des, mas no de la política.

Las firmas que recogen los partidario­s de Leonel no pueden servir para nada más que para presentarl­as a la Junta Central Electoral para legalizar un nuevo partido, porque si las lleva al Comité Político o al Comité Central del PLD, la aplastante mayoría de Danilo solo le responderá: ¿Y…?

Pero los danilistas harían muy mal si ignoran que Leonel prepara un “Plan B” en el caso de que no se acepte –su correcta y respaldada por míposición de primarias internas porque son las que dan y reconocen los derechos de los miembros de los partidos.

En el caso de los danilistas, la promoción de Navarro y Castillo es claramente un “mascarón de proa” que difícilmen­te se lo creerán sus adversario­s.

Mientras danilistas y leonistas intentan engañarse o amenazarse, según el caso, la sociedad debe reclamar, por todos los medios, que el Congreso Nacional apruebe ya la Ley de Partidos y modifique el régimen electoral para que en las próximas elecciones tengamos representa­ntes con ideas, capacidad y menos afluencia del dinero, sea como efectivo, salami, puestos de trabajo o pistolas.

La respuesta de Danilo

¿Qué quieren Danilo y su grupo al presentar a Gonzalo Castillo y a Andrés Navarro (dos ministros que resuelven y cualquiera puede verlos) como postulante­s presidenci­ales?

Quiere “marear” a Leonel para que crea que él “no está en eso”. Si Leonel se cree el cuento de que va a competir con ventaja frente a Castillo o a Navarro, porque Leonel es mucho más popular que ambos, se va a guayar porque su oponente seguro, se llama Danilo Medina Sánchez.

Si Leonel quiere sabe –y sus pupilos- que siempre que he tenido que defender sus derechos, lo he hecho sin temor al poder de sus adversario­s y digo con honor que él siempre ha tenido una actitud de respeto y hasta aprecio a mi trabajo como periodista, pero lo veo distraído de la realidad política del país y del PLD.

Revise su agenda, profesor, y vaya hasta donde su valor personal –al riesgo- lo lleve, porque Dios está muy ocupado en asuntos de otro tipo y no lo va a colocar en la candidatur­a presidenci­al del PLD, eso correspond­e a sus favorecido­s durante sus años como gobernante.

Pero cuídese de Danilo, que estoy convencido de que no le permitirá pasar. Perdone la franqueza.

 ?? ARCHIVO/LISTÍN DIARIO ?? La Ley de Partidos sigue estancada en el Congreso Nacional, donde leonelista­s y danilistas no se ponen de acuerdo para aprobarla.
ARCHIVO/LISTÍN DIARIO La Ley de Partidos sigue estancada en el Congreso Nacional, donde leonelista­s y danilistas no se ponen de acuerdo para aprobarla.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic