¿POR QUÉ NO AGARRAN A LOS “COYOTES”?
Si las autoridades guardafronteras tienen capacidad para arrestar y devolver a Haití a miles de inmigrantes ilegales cada semana… ¿por qué esa misma capacidad no la demuestran apresando a cincuenta o sesenta “coyotes” que son quienes dominan ese tráfico humano?
El tráfico de personas está tipificado como un delito de lesa humanidad, y el Estado dominicano, que ha estacionado a militares en la frontera para evitarlo, está comprometido a ponerle fin a todo contubernio de esos guardafronteras con los “coyotes” o responsables de este burdo negocio.
La escandalosa confesión hecha al diario El Día por uno de los traficantes de haitianos, describiendo con desparpajo los métodos que usa para ingresar ilegalmente al país a miles de haitianos indocumentados, debe servir para desatar una redada inmediata contra esos delincuentes.
Si estos “coyotes” son capaces de entrar a seres humanos en un país, muy fácil podría resultarles introducir drogas, armas y otros contrabandos, vulnerando así la soberanía nacional, que descansa en leyes propias y taxativas que prohíben tales desafueros.
Aun cuando se reportan arrestos y persecuciones contra esos inmigrantes ilegales, que son repatriados por miles por la Dirección de Migración, lo que supone un ejercicio continuo de vigilancia y acción de los guardafronteras, el reingreso es recurrente, porque no solo cuentan con la red de “coyotes” que opera en la zona, sino con la segura complicidad de algunas de las autoridades.
Al prestarse a ese negocio criminal, estos personajes se hacen reos de este delito de lesa humanidad que el Estado dominicano no puede permitir, so pena de que sea internacionalmente denunciado por esa causa.
Y si el Estado, a través de las instituciones a las que ha confiado la protección y seguridad del territorio, ha podido contener en parte la avalancha de los ilegales, a un tremendo costo económico y de energías humanas, por qué no es tan capaz y efectivo apresando a los responsables de este tráfico, que de seguro no son muchos ni difíciles de detectar.