DANILO Y ABINADER EN LA BASÍLICA
REFIRIÓ QUE SE DEBE EVITAR EL IRRESPETO A LAS PERSONAS
El presidente Danilo Medina y el pasado candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, se saludan durante un momento de la misa oficiada con ocasión del Día de la Virgen de La Altagracia, en la Basílica de Higüey. Miles de feligreses celebraron ayer la festividad religiosa.
(+) Luego de la ceremonia, como es tradición, se realizó un almuerzo en el Obispado, en el cual el jefe de Estado, no estuvo, por primera vez, en muchos años, por compromisos de viaje.
El presidente Danilo Medina asistió a la misa solemne con motivo del Día de la Virgen de la Altagracia, en la que el obispo de la diócesis de Higüey, Nicanor Peña Rodríguez, abogó por los pobres, los ancianos, la niñez desprotegida, la juventud descarriada por falta de oportunidades, los hogares destruidos y el respeto por la vida de las personas.
Durante la homilía en la basílica, con la presencia de la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, el religioso enfatizó que la iglesia como la Virgen María, “está llamada a tener una actitud de acogida para todos, espe- cialmente con los pobres y todos los que sufren en nuestra patria”.
Refirió que se debe evitar el irrespeto a la vida de las personas, tanto en lo que se refiere al crimen callejero, como a los que se les priva la vida antes de nacer; una reiteración a la consabida posición de la iglesia en contra del aborto. El obispo Peña Rodríguez también expresó que María quiere que todos los dominicanos vivamos unidos por medio del lenguaje de la fe, de los signos y de los ritos sagrados, constituyendo una fuerza del amor en el sentido de la dominicanidad. Santiago Rodríguez fue el Obispo concelebrante.
Al citar las palabras del primer obispo de la diócesis de La Altagracia, Juan Félix Pepén, dijo que: “Si por un imposible, el pueblo dominicano dejara de amar a la Virgen de la Altagracia, dejaría, estamos seguros, de ser independientes y soberanos”.
El religioso dijo, en el templo repleto de feligreses, que “la devoción a la Virgen de la Altagracia, es nuestra mayor garantía de supervivencia como nación y que así lo ha demostrado la historia”.
El jefe de Estado llegó acompañado de su esposa, la primera dama Cándida Montilla de Medina, a las 9:45 de la mañana, siendo recibido con una salva de 21 cañonazos como parte de los honores de estilo.
El mandatario fue saludado por el senador Amable Aristy Castro, el gobernador Ramón Güílamo Alfonso y el rector de la basílica, Evaristo Areché. Asistieron José Ramón Peralta, ministro Administrativo de la Presidencia; Gonzalo Castillo, de Obras Públicas; Altagracia Guzmán Marcelino, de Salud Pública; Francisco Pagán, director de la OISOE; el director de la Policía, Neit Aldrín Bautista; el empresario Frank Rainieri, Milton Ray Guevara, presidente del Tribunal Constitucional; Ramón Menéndez, del Central Romana, y Melba Segura de Grullón, esposa de Alejandro Grullón, presidente del Patronato de la Basílica, entre otros.