FUNDACIÓN SALESIANA DON BOSCO El gobierno está bailando pegao
Cuando Cuca bailaba no era pegao. Pero los tiempos cambiaron y a nadie parece sorprenderle que, al sonido de orquestas internacionales y criollas, hasta el Gobierno esté hoy bailando pegao dos temas: “La vida no vale nada” y el “Arcoíris”.
Al baile pegagoso se han sumado legisladores, incondicionalmente atentos a la batuta del director de la orquesta; también fiscales y jueces, aunque dicen que hablan por sentencias. Claro, quienes más han disfrutado del baile son los funcionarios del Gobierno, con muy honrosas excepciones.
Con la clave de “Amagar y no dar”, nuestras autoridades esperan un momento de descuido de quienes mantienen permanente observatorio de la pista de baile. Desearían dar un palo asechao y llevarse de un flechazo la canción número 37 y la 55, y así empujar al país a sumarse al baile, tal vez para lograr una placa en el concurso internacional que promueve estos dos temas.
Se está buscando que ese baile pegao termine en boda o juntao; para éso están juchando algunos organismos internacionales y ONGs criollas: que el país se case con los dos temas señalados.
Dicho sea de paso, esas ONGs están bailando menos por el corte de boronas que, hasta hace poco les dejaban caer quienes, en la pasada administración norteña, prodigaban recursos de sus contribuyentes para promover el baile de “la vida no vale nada” y “el arcoíris”: yeyeye.
¿Qué decir de comunicadores? Bueeeno, ahí hay tela que cortar. Sin explicación lógica, parece que a muchos comunicadores les ha embrujado ese baile pegao del Gobierno. Me recuerda los tiempos en los cuales en la universidad estatal todos tenían que confesarse marxistas y ateos, aunque fueran los domingos a la misa; de lo contrario no podían bailar en el “dance floor” de esa casa de estudios.
Parecería que de vez en cuando los bailadores se duermen, pero cualquier disparate de música de orquestas internacionales, despierta a quienes todavía no han desistido de dar sus pasitos al ritmo progresista de los países “desarrollados”.
Es que hay una obra musical inconclusa que, desde hace veinte años, espera ser estrenada, a la que, con los dos temas señalados, se desea convertir en “sinfonía del nuevo mundo”, que no es la número nueve de Antonín Dvoák.
¿En qué parará la cosa, caballero, en qué parará? Yo no sé, en qué parará, usted va a ver”, hubiera dicho Billo Frómeta desde Caracas.
La cuestión es que, sin justificación, porque no la hay, mucha gente se mete a bailar pegao junto al Gobierno. Tal vez para que digan que bailan bien y están en la cosa, o porque tienen interés, quién sabe de qué tipo, en dar su bailadita bien pegá.