50 años DE ROMANCE CON EL FOLCLORE
Xiomarita Pérez, primera directora nacional de Folclore, celebra con nuevos proyectos medio siglo de trabajo dedicado a la cultura tradicional dominicana
Curadora de contenido folclórico y popular, maestra de baile, periodista, fotógrafa, investigadora, asesora, tallerista…
Xiomarita Pérez cumple este 2018 cincuenta años de relación continua con la cultura tradicional dominicana, un trabajo que disfruta de tal modo que prefiere decir que vive de tres hobbies: el folclore, la curaduría (“porque soy crítica”) y la corrección de pruebas.
¿Cómo te iniciaste en el folclore y cómo llegó este a formar parte esencial de tu vida?
Me inicié sin pensar que esto iba a ser parte importante de mi vida. No sabía que ir con mi familia a los bares-restaurantes de Sosúa e Imbert, en Puerto Plata, escuchando danzones, bachatas y merengues, mientras mis padres bailaban, iba a dejarme huellas. En mi casa había una fábrica de colchones de guata, se vendía carbón en saco, mamá hacía dulce de leche, jugaba “debajo del piso”, cantaba, montaba patines y por eso es que siempre se me ha facilitado hacer mi columna ‘Folcloreando’, porque son vivencias, nadie me las puede arrebatar.
¿Cómo visualizas, hoy día, el folclore que se vivía hace 40, 50 años?
No conocía el vocablo folclore. Lo conocí después de muchos años y pensaba que el folclore era música y baile, ya que en el Ballet Folclórico de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), al que pertenecí por 27 años a partir de 1974, solo se hablaba de investigaciones sobre este tema y de montajes. Luego aprendo que el folclore es el saber del pueblo, las costumbres, las tradiciones… y comienzo a archivar los recortes de periódicos que trataban esos temas: gastronomía, artesanía, carnaval, etcétera.
En esos años era adolescente, no tuve contacto con René Carrasco ni con Edna Garrido. Sí tuve la satisfacción de conocer a Edna en 2004, el mismo año en que me inicié como la primera directora nacional de Folclore. Luego, en 2005, doña Edna me suministró unos escritos mecanografiados que se convertirían en la obra Reseña histórica del folklore dominicano, honrándome de tener el cuidado de la edición y el prólogo.
No socialicé con René Carrasco, pero tuve la dicha en 2009 de descubrir, cuando trabajaba la Bibliohemerografía de mi autoría, que no era un simple costumbrista, como me “metieron” en la cabeza: fue un investigador, dejó huellas.
A Fradique Lizardo lo conocí cuando regresó al país. Él revolucionó el folclore, haciendo investigaciones que no se habían realizado y las plasmó en algunos de sus libros.
Hice investigaciones por mi cuenta, de las que poseo un archivo foto he mero gráfico que fui armando poco a poco, cuando los recursos económicos me lo permitieron, a partir de la fundación de mi escuela de baile, EdoRitmos, en 1998.
Xiomarita es sinónimo de risa, buen humor, fuerza de voluntad. ¿Cómo haces para mantener ese optimismo a flor de piel con el paso de los años?
No paro de trabajar y en eso me ha ayudado mucho mi carrera: estudié Comunicación Social en la UASD, aunque no me gradué. El folclore es una pasión que me llena de satisfacción. Todos mis reportajes tienen un contenido folclórico, incluyendo las fotos y videos. Siempre vivo hurgando, me fascinan las estampas de los campos y pueblos, me deleito con la decoración de esos hogares, los cuales tienen un sello identitario de quienes los habitan. Si en el camino se pincha una goma u otro percance no me lamento, doy ideas y mientras se está resolviendo miro a mi alrededor las casitas, el ganado, el vendedor, converso con la gente, siempre tengo un proyecto nuevo, hago chistes, en fin, disfruto todo.
A veces se te ve molesta por el abordaje que se les da en los medios de comunicación y en textos académicos a ciertos aspectos relacionados con el folclore.
Es que observo algunos contenidos no apropiados cuando se escribe de folclore o cultura tradicional. Me preocupa cuando pregunto en un taller qué es folclore y no saben definirlo, creen que solo es música y baile; cuando un dominicano que reside fuera del país dice que las costumbres y tradiciones se han perdido, desconociendo que la cultura se transforma, que lo que hay que hacer es ponerla en valor, recreándola; o cuando gestores culturales quieren ser los protagonistas echando a un lado los portadores de tradiciones.
Cuestiono a editores de libros que utilizan fotos de una danza equis y cuando vemos la forma de bailar y los instrumentos pertenecen a otra danza.
¿Más?
Utilizar el verbo “rescatar” cuando se refiere a la cultura, en vez de “poner en valor”. Después de 50 años trabajando e investigando, ¿qué sigue?
Estoy trabajando en la Fundación Memoria del Hogar Dominicano, cuyo objetivo es exaltar las costumbres y las tradiciones dominicanas mediante la promoción, además de exponer y conservar la memoria y expresiones de la cultura tradicional y popular en sus diversas etapas, con propósitos didácticos y de promoción. Ya tengo todo lo que irá en la casa, que no la tengo todavía, y me gustaría que sea en la Ciudad Colonial. Sigo trabajando en la página folkl ore dominicano. com desde 2013, una casa virtual con mucho contenido para que estudiantes, investigadores o turistas puedan tener más de cerca nuestro país. Y quiero formalizar las giras folklóricas por el país, los rincones, el contacto con la gente, que le compremos a esos hacedores sus artesanías, la comida, bebidas e instrumentos musicales.