MURALES ABANDONADOS
Falta de conciencia pone en peligro valiosas obras.
(+) El abandono, el descuido y la falta de conciencia ante los murales artísticos, han puesto en detrimento parte de la identidad dominicana.
La amalgama de colores, las formas y las figuras que componen la superficie de un mural, deslumbran a quienes pasan por sus alrededores. No existe una cifra exacta de los que hay en el país, pero se sabe que muchos han sido creaciones de reconocidos pintores dominicanos como Ángel Hache, Marianela Jiménez, Tony Capellán, Silvano Lora, Cándido Bidó y otros. Creaciones artísticas dejadas al tiempo, sustituidas por una capa de pintura o mal reestructuradas.
Existen dos variables que ponen en deterioro y peligro total los murales artísticos.
La primera es el olvido, la falta de cuidado y supervisión. Una obra de arte a la intemperie requiere una revisión periódicamente, con la finalidad de atender los detalles y conservarla. De lo contrario, con el paso del tiempo lo que alguna vez fue una gran creación artística se convierte en una pared con pintura rasgada o borrosa.
La segunda implica falta de conocimiento, tanto de los encargados de realizar una restauración, como de algunos ciudadanos, en este último caso se incluye el arte callejero conocido como ‘grafiti’.
Los murales se conservan como un patrimonio, un tesoro cultural, pertenecen al pueblo dominicano, es el arte público. Yo diría que descuidarlos y reestructurarlos sin la debida conciencia es un asesinato pictórico”. MARIANNE DE TOLENTINO
Directora de la Galería Nacional de Bellas Artes
Jóvenes que utilizan su creatividad para pintar letras con aerosol. La problemática no está en el ejercicio, sino donde la hacen: sobre las pinturas de los murales. Distorsionan la temática del artista y atropellan su esencia.
En el caso de la reestructuración de los murales, la directora de la Galería Nacional de Bellas Artes, Marianne de Tolentino, explica que es un trabajo delicado y que amerita investigaciones, en ocasiones “el uso de ciertos materiales, que no se encuentran porque el tiempo ha pasado”.
Perfección o buen trabajo
Marianne de Tolentino asegura que por más competente que sea un pintor, no significa que preservará la personalidad pictórica del artista. “Hay una sutileza, un esmero, algo muy especial cuando se trata de un maestro. No es cuando se pinta un bodegón o un paisaje a nivel de estudiantes, no. Es una obra de creación, entonces para que se restaure, hay que tener realmente talento, conocimiento, disponer, si se puede, de los diseños originales y consultar a la familia”, añadió la artista.
Planteó que, de lo contrario, un pintor, en lugar de restaurar la obra, emplearía el arte de la destrucción y eliminaría por completo la naturaleza de la pintura.
La pintora Elsa Núñez ha expresado su descontento por el descuido y la desaparición de diversos murales de grandes pintores dominicanos, incluyendo el de su fenecido esposo Ángel Haché.
Cada cierto tiempo
Restaurar una obra y con el paso del tiempo no volverlo a hacer, genera deterioro y destrucción. De Tolentino explica que cada 2 años se debe chequear el mural y si tiene un pequeño desgaste, corregirlo, pues al cabo de 8 años habrá un desperfecto y tendrá que hacerse un remozamiento. “Así es en todas partes. En México, por ejemplo con el mural de Diego Rivera”.
La importancia de estos murales recae en lo imprescindible de preservar y defender la identidad del país, como una expresión social, cultural y artística.