EL ASESINO SE FUE PARA LA PLAYA DESPUÉS DE MATAR A CUATRO
ESCALOFRÍO. EL CONFESO ASESINO NO HABLABA CON NADIE EN SECTOR ENRIQUILLO, DONDE VIVÍA
El ministerio público adelantó que solicitará un año de prisión preventiva y que el caso sea declarado complejo. Víctor Portorreal Mendoza, confeso asesino de su pareja y de sus tres hijastros, se fue para la playa luego de cometer el cuádruple crimen y llevó una vida normal en los días posteriores al suceso que ha conmocionado a la sociedad. El ministerio público, en el expediente preparado para solicitar medida de coerción, indica que en el lugar del crimen encontró una “macabra escena”, mientras psiquiatras aseguran que el imputado es un psicópata sin remordimientos.
Su aspecto daba escalofríos. Es la aseveración espontánea y sin titubeos de algunos que con cierta frecuencia veían a Víctor Alexander Portorreal Mendoza en el barrio 30 de Mayo, donde vivió un tiempo con su madre y que visitaba con frecuencia después de haberse casado.
El confeso asesino de su pareja y sus tres hijastros no conservó amigos en el barrio 30 de Mayo. No hablaba con nadie en el sector Enriquillo y siempre caminaba cabizbajo, lo que hacía creer a los residentes de la zona que tenía algún problema o que pertenecía a alguna secta satánica, porque siempre vestía de negro, tenía el pelo largo, se pintaba las uñas y ojos de negro, y se trasladaba en una motocicleta Harley Davidson.
El pasado viernes Portorreal Mendoza, de 30 años de edad, admitió haber matado a su pareja y a los tres niños, y dijo sentirse arrepentido por cometer esos cuatro asesinatos que han conmocionado a la sociedad dominicana. “Ese muchacho es un hombre sumamente tranquilo que no hablaba con nadie en este barrio. Nosotros por aquí lo conocíamos, pero solo de vista, porque él no nos hablaba, y mejor así, porque ese hombre hasta daba miedo”, expresa Miguel, uno de los hombres que presenció el apresamiento de Portorreal el pasado viernes.
Miguel, quien asegura que Portorreal era metálico, dijo que “estoy seguro que cometió ese crimen estando bien drogado, y lo digo porque yo también era metálico, y las personas que pertenecen a esos grupos para realizar cualquier actividad deben estar drogados”.
“Yo mismo pensé que esa no es vida, estar drogándose A las 7:00 de la mañana del viernes, Portorreal Mendoza estaba sentado en la acera de un pequeño parque ubicado en el barrio 30 de Mayo. Estaba cabizbajo y con una pequeña mochila en su espalda. En ese momento Miguel le preguntó qué le pasaba, y Portorreal movió la cabeza de un lado a otro para indicar que nada. Pasados varios minutos, entró al parque y se acostó