¿Qué está pasando?
Las noticias más destacadas de la última semana han impactado la conciencia del dominicano. Un desarmado que asesina a su esposa y tres de sus hijos. Un joven que en un receso escolar golpea a una inocente de 15 años. Un teniente coronel expulsado de las filas de su institución por violar a un joven de 19 años. Una joven hermosa, aspirante a modelo, a quien un haitiano le desgració su vida cercenándole los dos brazos y este aun no aparece. Hechos que nos dejan conmovidos.
A todo eso se suma el aumento de la desconfianza en la población, que no cree cuando sus autoridades anuncian que aplicarán sanciones acorde a las violaciones y hechos cometidos. Cantidades de casos sin la sanción adecuada.
Agragamos a esto acontecimientos que parecen de ficción. Un recluso, condenado por delitos graves “desaparece” o “se muere” y no se encuentra ni su cuerpo ni su tumba. La esposa, que dice saber dónde está dice a las autoridades que “no lo voy a decir”, y nada pasa.
Un implicado en otro crimen “se fuga” del país y, aunque hay denuncias del lugar donde se encuentra, no hay una autoridad capaz de detenerlo y traerlo para hacerlo cumplir el castigo que le corresponde por las acusaciones o, en su defecto, aclarar su situación en ese caso.
Y agregamos que a los anteriores se suman denuncias de corrupción con terrenos del Consejo Estatal del Azúcar en Haina y Los Tres Brazos sin condena.
Que la Cámara de Cuentas, aunque dice tener una auditoria concluida sobre la situación de la OMSA, no se atreve a darla a conocer. Otro hecho bochornoso es que más de 100 mil vehículos circulen hoy sin el marbete correspondiente y que las autoridades no muestren eficiencia o capacidad para hacer cumplir esta dispoción.
Y ahí está ODEBRECHT, del cual las autoridades parecen no tener nada contundente, aunque sí han usado los medios de comunicación como escenario para alardear de pruebas que en 8 meses, aparentemente, no han podido sustentar con efectividad. Ahí están decenas de robos, asaltos, asesinatos que esperan sancion ejemplar... y la lista de casos, hechos y tragedias es demasiado larga para una sola Expresión.
Solo resta preguntarnos ¿qué está pasando?
Comportamiento y conducta cuestionable de la ciudadanía, que no parece respetar ni las leyes NI LA VIDA.
Del otro lado, autoridades que parecen no estar en capacidad o en disposición de sancionar al violador acorde con la contundencia de sus actos, o sea, en el tránsito, en el crimen, en el delito o en la sustracción de los bienes del Estado.