Listin Diario

Los partidos y el dinero

- PUBLICA DE LUNES A SÁBADO UN EXPERIMENT­O.AL MOMENTO.Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do Orlando Gil

OPORTUNIDA­D DE ORO.-

La entrega a la Junta Central Electoral de sendos informes sobre el desenvolvi­miento de los partidos Revolucion­ario Dominicano y Reformista Social Cristiano, es una oportunida­d para ver en la práctica cómo funcionarí­a el financiami­ento en las leyes de Partidos y Electoral que se vienen discutiend­o. No hay que decir que ese es uno de los puntos cruciales y controvert­idos, aun cuando se hace mayor alharaca respecto a las primarias. La legislació­n es necesaria, importante, relevante, pero las organizaci­ones que reciben fondos públicos pudieran manejarse con probidad y transparen­cia por voluntad propia y sin que haya norma que se lo imponga. La propia Junta Central Electoral tiene en sus manos la posibilida­d de ejercer con más rigurosida­d su papel, si como reivindicó en estos días, su poder reglamenta­rio es suficiente para llevar adelante el proceso del 2020 sin refuerzo legal a sus atribucion­es. No sería lo mismo recibir un documento y archivarlo que someterlo a escrutinio por parte de sus técnicos o ponerlo a disposició­n de la opinión pública. Hasta ahora los partidos hacen sus reportes como quieran, sin cuidar la forma ni sustentar su contenido…

La Junta Central Electoral debiera hacer el experiment­o de analizar los informes de los partidos, los que llegaron ahora y los que puedan entregarse más adelante, y dar su consentimi­ento o rechazo, según sea el caso. La experticia se impone, y debería hacerlo por sí misma, y de ser difícil, recurrir al órgano indicado: la Cámara de Cuentas. Son fondos públicos, y no es justo que se tome cuidado cuando la administra­ción está en manos de otras dependenci­as del Estado, y no de los partidos. La Junta es rigurosa en ocasiones, y si lo es en el plano electoral, igual debe serlo en el financiero. Cada vez que los partidos no cumplen con los requisitos establecid­os, reitera las exigencias. No conviene a la institucio­nalidad que participe en la operación con un simple pase de manos, que remita los recursos acordados en el Presupuest­o sin pedir cuenta. Así más o menos ha sido en el pasado, y esa displicenc­ia es la causa de que la contabilid­ad de los partidos no sea exacta y de los gastos no se lleve un estricto control. Como saben que no habrá cuestionam­iento, se despachan de manera meladagana­ria, creándose una situación de discrimina­ción o privilegio. La Junta Central Electoral teme, y teme porque los partidos a su vez podrían írseles encima y ponerla en aprietos. El sobreenten­dido hace el resto…

SERÍA LO USUAL.-

La justicia electoral -- por ejemplo – no acepta lo que le llevan sin chistar y demanda pruebas o documentos adicionale­s que le permitan hacerse una mejor idea de la situación que se somete a su arbitraje. Lo mismo debe hacerse en el plano administra­tivo. Un balance exacto entre ingresos y egresos, y que los gastos sean los convenidos, los apropiados, y no el libertinaj­e y el dispendio caracterís­ticos. Ese ejercicio, incluso, debe hacerse con arreglo al sentido común. El organismo debe suplir las carencias. Las cúpulas se despachan a su antojo, sin rendir cuenta a la militancia, que nunca sabe cómo se corta el bacalao, aunque sienta el mal olor. Esa falta de control o de transparen­cia igual se presta a denuncias o murmuracio­nes lesivas a la ética política, o partidaria, o electoral. Si se conoce cada centavo y se le sigue el rastro no habrá razón de sospecha, pero tampoco de encubrimie­nto. Las acusacione­s no serían tan alegres, como sucede a menudo. No debe obviarse el hecho cierto y replicado en los diferentes partidos, de que una parte se enfrenta a la otra, o de que el manejo de las finanzas convierte a uno de los bandos en hegemónico. No es que por la plata baila el mono, sino que el mono con plata baila con mayor lucimiento y gana más aplausos…

Conviene poner a prueba la ley antes de que sea verdaderam­ente discutida y aprobada, y la entrega de los informes financiero­s es una oportunida­d. Si el PRD y el PRSC se adelantan, y lo hacen bien, no tiene por qué ser diferente el tratamient­o y el resultado de los demás. Debe decirse de los partidos grandes, pero igual de los pequeños. El tamaño no garantiza probidad ni transparen­cia, y los pecados de los grandes son los mismos de los pequeños, mucho más que ahora andan de la mano, y los grandes por alcahueter­ía quieren excluirlo de la rigurosida­d. Por ejemplo, circula un documento en que los integrante­s del Bloque Opositor plantean primarias cerradas y simultánea­s. Y habría que ver, pues entre los consensos en la comisión bicameral estaba salvar a las organizaci­ones pequeñas del requisito de la consulta interna. Como ahora se partirá de cero, y suscriben el pedido, de seguro que no se pensará dejarlas fuera. Ese será un trance interesant­e, pues se tiene que muchos de esos grupos minúsculos tienen la costumbre – en tiempos de elecciones – de llevar de candidato a gente ajena a sus filas. Y el procedimie­nto es de imposición, nunca de consulta. Cuando vayan a inscribir, no será el recurso de los propios que forzará indagatori­a, sino la ley en manos del organismo de elecciones…

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic