Liberan a mujer que abortó
El Gobierno de El Salvador demostró quien manda e hizo uso del poder de conmutar una pena que le confiere su estatus sobre el Poder Judicial para poner en libertad a Teodora Vásquez, condenada en el año 2008 a 30 años de cárcel, castigo ratificado por la Justicia hace poco más de dos meses.
Pese a que la conmutación de una pena debe ser aceptada por el poder Judicial tras la solicitud del Ejecutivo, fue este último el que hizo valer sus facultades para presionar a la Corte Suprema de Justicia, que finalmente dio su beneplácito para liberar a la condenada.
No obstante, la libertad recuperada por Vásquez este jueves no significa que sea declarada inocente, ni que vaya a ser resarcida por los casi 11 años que pasó en prisión, más de la tercera parte de la condena que se le impuso. Pero esta precisión no es algo en lo que piensen hoy las asociaciones, tanto nacionales como internacionales, que solicitaron en reiteradas ocasiones la liberación de la rea, por considerarla injusta y desproporcionada, y que celebran la libertad como un triunfo político y social.
La salida de la cárcel de Vásquez cogió por sorpresa a organizaciones públicas y privadas, ya que el secreto de la conmutación de la pena, firmada el pasado 24 de enero, se mantuvo hasta el último momento.
Muy pocas esperanzas había de que este hecho sucediera, ya que a principios de diciembre del pasado año, el Tribunal Segundo de Sentencia de San Salvador ratificó la condena durante la audiencia de revisión de pena.