EMBAJADORES DEL AMOR

Chris y Sharon Camphell han llevado su afecto a través del mundo.

(+) El embajador del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en República Dominicana, Chris Campbell y su esposa, Sharon Campbell, embajadora en Haití, cuentan su historia de amor a través del mundo.

Para el sicólogo Walter Riso, si tu y la pareja que amas coinciden en la risa, todo anda bien; y si se encuentran en los silencios, mucho mejor. Esta aseveración encaja perfectamente en los esposos Chris y Sharon Campbell, quienes tienen en común la misma profesión, la diplomacia, y el amor del uno por el otro, sin perder su individualidad.

Esta pareja al cumplir 29 años de casados, se ha convertido en el ejemplo a emular de sus familiares y amigos más cercanos. “Descubrí que mi esposo y yo éramos el referente en la familia cuando mi sobrina se iba a casar, y en el cursillo prematrimonial, le peguntaron cuál pareja de esposos habían elegido de consejeros o guías, y nos eligieron a nosotros. Fue una sorpresa, y a la vez un compromiso para seguir fortaleciendo nuestra relación”.

Compartir hogar, oficinas, los mismos temás, más los hobbies en común, como son ir a la playa, descansar bajo el observatorio en cualquier ladera, y reír juntos, ha sido el balance perfecto en este matrimonio.

Durante los últimos 30 años de carrera, les tocó, por vez primera, compartir edificio en Nicaragua y Costa Rica. Luego llegan a este país, en donde tienen una agenda con bastantes compromisos, pero es durante las salidas a caminar por el Mirador Sur que conversan sobre temas que el día a día les roba el protagonismo.

Antes de venir a República Dominicana Sharon y Chris han estado varios paísesdando cumplimiento a las políticas de relaciones internacionales británicas, trabajando en las prioridades de sus naciones y ayudando a los países en donde están con proyectos e iniciativas en común, que permitan fortalecer sus relaciones.

Para ellos, todos los países del mundo tienen conflíctos y desafíos por las políticas bilarerales y con diálogos se ponen de acuerdo. Si traspolamos esto a los matrimonios, es la mejor forma de tener una relación duradera.

Sharon es muy inteligente, dice su esposo, con determinación. Ambos se admiran y durante la entrevista ríen mucho y se miran con amor. La bandera de su país detrás de ellos, una oficina equipada con lo necesario y al mirar por la ventana el sol radiante que les recuerda que están el Ca- ribe, no les distrae sus emociones al hablar de su amor. Sharon es muy espontánea, cuando dice que, “no todas las batallas se pelean en el matrimonio y lo primordial es el respeto en todos los aspectos, y la confianza”.

“Nosotros nos amamos y lo sentimos en el instante que, sin hablarnos, descubrimos cuándo estamos tristes, enojados, felices. Basta un gesto o una mirada. Después de tantos años, somos un equipo con cerebros distintos”, dice la diplomática.Chris es muy optimista, él considera que a todo el mundo le llega la oportunidad de amar, y él encontró su alma gemela en Sharon, una mujer con la que puede trabajar, ser los mejores amigos, compartir la aficción por la cocina viajar, y hacer excursiones para conocer otras culturas.

“Es esa persona que cuando de planes se trata no hay discusión, porque está en sintonía. Lo que hace feliz a uno, es lo extraordianrio para el otro, y lo más importante:

Me como todos los chocolates, porque no tenemos hijos”, concluye a carcajadas.

Chris sostiene que los matrimonios no deben perder la parte romántica que traen los enamoramientos como son, los regalos, salir a cenar, regalar flores y recomienda a los hombres, siempre buscar detalles que hagan reír constantemente a su esposa. Ahí está la magia del amor.