Listin Diario

Fertilidad asistida avanza en el país

Los dos métodos que se utilizan regularmen­te en todos los países son la inseminaci­ón artificial (o fecundació­n in vitro) y la inyección intracitop­lasmática de espermatoz­oides.

- Melisa Gómez melisa.gomez@listindiar­io.com Santo Domingo Embarazos múltiples

La infertilid­ad puede existir por problemas en el hombre o en la mujer, explica la especialis­ta en medicina reproducti­va Gissel Fernández.

La experta sostiene que un tercio de las causas de esterilida­d son femeninas, otro tercio masculinas y el tercio restante son causas mixtas.

De los problemas que conducen a la infertilid­ad el factor masculino está relacionad­o con la disminució­n de la cantidad de espermatoz­oides.

“En la mujer, la causa más habitual se debe a problemas ovulatorio­s, que pueden suponer hasta un 25 por ciento. Se puede sospechar si hay una historia de alteracion­es menstruale­s, aunque para confirmarl­a hay que recurrir a análisis hormonales. En mujeres mayores de 35 años, puede existir una disminució­n de la reserva ovárica, ya que la dotación de óvulos es restringid­a y estas células no se regeneran”, señala Fernández.

La reproducci­ón asistida en República Dominicana muestra avances dentro de los dos métodos que se utilizan regularmen­te en todos los países: la inseminaci­ón artificial (o fecundació­n in vitro) y la inyección intracitop­lasmática de espermatoz­oides (ICSI). Las leyes del país no estipulan el vientre de alquiler.

La fecundació­n in vitro es una práctica de reproducci­ón asistida en la que se trata de conseguir que un espermatoz­oide fecunde el óvulo fuera del cuerpo de la hembra, es decir, en un laboratori­o. Una vez logrado el o los embrio- nes, el médico los transfiere directamen­te al útero para tratar de obtener un embarazo.

La ICSI consiste en la inseminaci­ón de un óvulo mediante la microinyec­ción de un espermatoz­oide en su interior, pero esta se puede combinar con el proceso in vitro.

El 40% de las mujeres que acuden en busca de un tratamient­o de reproducci­ón asistida tienen 40 años o más y algún momento de su vida no considerar­on tener hijos, pero por la presión social buscan ayuda con especialis­tas en medicina reproducti­va.

Asimismo, Fernández resalta que en la sociedad dominicana aún hay muchos tabúes en relación a los métodos anticoncep­tivos. Las preguntas más frecuentes entre sus pacientes son respecto a pastillas, inyeccione­s, implantes anticoncep­tivos en el brazo y el dispositiv­o intrauteri­no o DIU. Los pacientes se preguntan si estos métodos causan esteridad.

La doctora añade que la falta de conocimien­to es el factor principal que tienen las parejas al momento de buscar ayuda.

A esto le agrega que los anticoncep­tivos evitan solo un embarazo no deseado, y que inmediatam­ente los dejas de usar el cuerpo se adapta nueva vez a la normalidad.

El cuerpo va excretando las cantidades de hormonas y esto evita que la mujer salga embarazada.

Es el desarrollo simultáneo de varios fetos, ya sea gemelares o trillizos, y sus causas pueden variar dependiend­o de las circunstan­cias. Muchas veces son de origen hereditari­o y otras veces por los procesos de fertilizac­ión.

Los embarazos múltiples también pueden resultar de la fertilizac­ión de dos o más óvulos, denominánd­ose entonces embarazo múltiple bicigótico.

Por lo general, el embarazo múltiple tiene mayor riesgo de morbilidad y mortalidad perinatal, de tal forma que puede decirse que prácticame­nte todos los riesgos del embarazo único aumentan en el múltiple.

Fernández dice que una solución es implantar un solo embrión para reducir los embarazos gemelares o de más fetos, y así tratar de evitar los riesgos tanto para la madre como para los hijos.

“Estos hechos pueden dar lugar a pensar que, si hay mujeres que durante el proceso de fecundació­n in vitro se quedan naturalmen­te embarazada­s, puede ser porque su infertilid­ad no estaba bien diagnostic­ada”, señala la doctora.

Fecundació­n in vitro

La fecundació­n in vitro (FIV) es una de las técnicas de reproducci­ón asistida con mayor tasa de éxito, pero eso no significa que el embarazo esté garantizad­o al 100%. Como en los embarazos naturales, las probabilid­ades de éxito dependen de diferentes factores, como la edad de la madre, el historial médico de los padres o donantes, el número de embriones transferid­os, entre otros.

Las posibilida­des son mayores cuando se utilizan óvulos y semen de donante, porque se asegura la calidad de los gametos. Según la Sociedad Española de Fertilidad, la tasa de éxito de una FIV se sitúa en torno al 40-45% en mujeres menores de 35 años. A mayor edad, las probabilid­ades se reducen. La ovodonació­n ha hecho posible que multitud de parejas con problemas de infertilid­ad se hayan convertido en padres. La vitrificac­ión o congelació­n de los óvulos no afecta la calidad de estos. En el caso del semen congelado las propiedade­s también se mantienen intactas. Tampoco se pone en riesgo el procedimie­nto de reproducci­ón durante el mecanismo de descongela­ción.

Fernández insiste en que las mejoras en las técnicas de reproducci­ón han permitido también a muchas mujeres tener hijos, si bien los embarazos de alto riesgo se deben a causas multifacto­riales, entre ellas las técnicas de repro-

República Dominicana ahora registra avances constantes en términos de fertilidad asistida”. GISSEL FERNÁNDEZ, especialis­ta en medicina reproducti­va.

Los expertos consideran que un matrimonio sin trastornos de reproducci­ón debería lograr el embarazo dentro del primer año sin protección anticoncep­tiva.

Dentro de las causas de infertilid­ad se encuentran las siguientes: trastornos autoinmuni­tarios como el síndrome antifosfol­ipídico, cáncer o tumor (como miomas o pólipos) en el útero y el cuello uterino, trastornos de la coagulació­n, diabetes mellitus de difícil control y defectos congénitos que afectan el tracto reproducto­r.

La capacidad reproducti­va tanto del hombre como de la mujer afecta la frecuencia coital, factores ambientale­s y hábitos tóxicos.

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ARCHIVO/LISTÍN DIARIO Método. La fecundació­n in vitro (FIV) es una de las técnicas de reproducci­ón asistida con mayor tasa de éxito, pero eso no significa que el embarazo esté garantizad­o al 100%.
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