El discurso
CUANDO FALLA LA ÉTICA QUE BRILLE LA ESTÉTICA. -
Como en 2016, el discurso de rendición de cuentas del presidente Danilo Medina remitirá indefectiblemente a Borges, y no por “El Amenazado”, sino por la definición borgiana de la democracia: “Un abuso de las estadísticas”. De ellas tendrá que hacer uso el mandatario, pero sin llegar al abuso, que es lo que jode. Se trata de ser lógico y racional sin olvidar lo principal, lo visceral y vivencial, los sentimientos. Estadísticas sin historias humanas son solo estadísticas que ni convencen y mucho menos conmueven, o sea que son nada. El discurso de Medina debe pasar del pesimismo de José Ramón López a “El Gran Cambio” de Frank Moya Pons. Para un Presidente de la República la copa siempre debe estar medio llena y nunca medio vacía. De logros hable usted, que de los fracasos hablarán sus adversarios... y mucho más en tiempos de redes e internet, donde incluso uno se entera hasta de lo que no ha ocurrido. Como se sabe, los ricos cuando tienen problemas económicos dan una fiesta, en cambio, los políticos ofrecen un discurso, y el de hoy es una obligación constitucional, lo que dificulta la tarea. Entrando en materia, digamos que, a mayor dificultad argumental más impecable ha de ser la puesta en escena, la dramaturgia y la fuerza simbólica de todo el asunto. Cuando falla la ética (caso Odebrecht), por compensación, la estética debe de ser perfecta en sus detalles, su dramaturgia, que dicen los que saben.
LOS TEMAS. -
Difícilmente se refiera el mandatario a los temas para los que, a corto plazo, no tiene solución, y si la tiene, aplicar esa solución tendría un costo político que el gobierno no está dispuesto a pagar, y menos con la confrontación interna del partido gobernante. Mencionemos sólo tres: La corrupción administrativa y la impunidad, agravadas ambas por el escándalo internacional Odebrecht que, por ser internacional y de corte imperial en plan Departamento de Estado USA, es inevitable; la desorganizada y caótica migración haitiana “cuya esperanza de un posible inicio de una lenta solución” empieza por aplicar las leyes a los empresarios que contratan indocumentados, lo que está negado a hacer el Estado dominicano y, finalmente, la arrabalización institucional del país que los semáforos denuncian (INTRANT es un rosario de buenas intenciones) y un vehículo sin placa rodando por la Lincoln evidencia.
EL ARTE DE CONMOVER. -
Los avances del país en los últimos doce meses están ahí, y de ellos, of course, hablará y mucho el Presidente. Pero como todo buen discurso político, el del jefe de Estado deberá tener un claro objetivo que no puede ser tan solo informar (rendir cuentas) sino convencer, o ambas cosas a la vez. Cuando falla la ética (y a la vida social, empresarial y política del país le está fallando absolutamente) entonces, que no falle la estética, ya dije, el mensaje como un masaje, lo no verbal que explica más que el verbo, cuidando siempre el lenguaje corporal que tanto dice, y la transmisión de sentimientos que es el centro. Como en el arte popular de los cantores malditos, no se trata tanto de cantar bien como de cantar bonito y transmitir sentimientos. Cuando un discurso informa, pero a la vez conmueve, lo de convencer es lo de menos.