“Manteniendo la dicha”
DICHA:
Dicha es el estado de ánimo de una persona que se siente plenamente satisfecho por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno. Un sinónimo de ello puede ser felicidad, plenitud, alegría o satisfacción.
En los deportes ese sentimiento o estado de ánimo está sujeto a muchos altibajos, cambios de status, de salud, de locación, de estado financiero entre otras cosas. El atleta es vulnerable a experimentar momentos de mucho éxtasis por una victoria así como momentos de baja por una derrota. La dicha en un atleta puede ser de muy corta duración porque depende mucho de factores externos que pueden ir más allá de su control.
El deporte es un negocio, y como tal se toman decisiones en base a rendimiento, numeritos, conveniencia de altos rangos y retorno en resultados. Aunque el atleta lleve en si la pasión, la dignidad y la determinación de competir, no puede cegarse ante la realidad de una plataforma sujeta a la papeleta. Su dicha no puede depender de si lo firman o no, pues hay factores más allá de su talento que pueden incidir en tal decisión; su dicha no puede depender si le dan chance de jugar o no, pues quizás la organización tiene un prospecto de muchos millones jugando con un contrato multianual en la misma posición; su dicha no puede estar sujeta a si lo cambiaron de equipo o no, pues la alta gerencia de una organización mueve sus fichas en base a matemáticas y no necesariamente por lo bueno de un jugador.
El atleta que mantenga su estado de satisfacción o plenitud en base a su carrera deportiva está destinado a vivir en una montaña rusa de tristeza y desilusión, más que de alegría y gozo. La dicha deportiva es efímera y fugaz pues es momentánea y perecedera aún si se tiene la bendición de una larga carrera. El atleta debe aprender a priorizar las demás áreas de su vida en la misma igualdad de condiciones, para que en el camino, o al final no sienta que se le fue la dicha porque la carrera ya no está.
Para mantener la dicha a nivel integral el deportista debe aprender a colocar sus huevos en distintas canastas. La carrera es una de esas, pero también está su preparación mental, emocional, familiar, personal y de otras facetas más de su vida. Ese estado de ánimo de gozar de todo lo que el Creador da, está más ligado a que todos los espacios sean llenados simultáneamente. Un atleta que solo está enfocado y dedicado en 100 por ciento a su trabajo sufrirá las consecuencias de poner todas sus fuerzas en una sola área. La familia, las amistades, el disfrutar más allá de un terreno o una cancha tiene que ser parte del paquete para mantener una sanidad integral. Descuidar áreas de importancia por dedicarse en cuerpo y alma a algo que al final es medio incierto e inseguro no es de muy inteligentes ni de muy maduros. El deporte es parte del pastel, pero no el pastel entero.
MANTENIMIENTO:
Para mantener la dicha constante y firme hay que inyectar la misma fuerza, dedicación y energía a todas las áreas de nuestra vida. Hay deportistas que lo han perdido todo por haber perdido su carrera deportiva y se han lamentado de no haber fortalecido lo que realmente valía. Buscar al Creador, cuidar la familia, crecer en otras áreas y manejar una perspectiva balanceada nos ayudará a mantener la dicha. Que no dependa de si ganamos o perdemos, si jugamos o no, sino del propósito completo que tenemos dependiendo del Creador.
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?”. Mateo 16:26. No vendamos el alma completa a algo, cuando hay tanto porque luchar y dedicarnos.
Hasta la próxima