¿CUÁNTAS TROPAS SE NECESITAN EN LA FRONTERA?
Proteger la frontera del tráfico de ilícitos es una de las cruciales responsabilidades que tienen las Fuerzas Armadas, a las que la Constitución le confían el cuidado de nuestro territorio y, por tanto, de sus fueros soberanos.
Son muchas las iniciativas que se han aireado en aras de conseguir ese propósito, y la última de ellas la planteó anoche en un discurso a la nación el dirigente político y excandidato presidencial Luis Abinader, proponiendo estacionar permanentemente unos 8,000 soldados a todo lo largo de la línea divisoria. Su intención es loable.
Eso sería lo ideal si las Fuerzas Armadas contaran con las infraestructuras básicas necesarias para alojar semejante cantidad de soldados, muchos de ellos con sus familias, y adiestrados en el manejo de enfrentamientos con los que intenten violar las leyes, sin incurrir en violaciones a los derechos humanos. Esas infraestructuras, que no existen ni se pueden levantar de la noche a la mañana, tendrían que responder a un plan estratégico militar que, al parecer, tampoco existe, porque el número de tropas es insuficiente en comparación con el kilometraje de línea fronteriza y a menudo variable en número.
En adición, y para colmo, muchos de los soldados están más pendientes a las coimas que les dan los “coyotes” de haitianos o los contrabandistas, que en cumplir su sagrada misión.
En un contexto de corrupción como ese, es inapropiado mandar 8,000 tropas sin logística militar depurada a unas zonas donde los pocos cuarteles que existen no han sido remozados ni ampliados desde la época de Trujillo. ¿Dónde, entonces, serían alojados?
Lo cierto es que las Fuerzas Armadas no cuentan, para el caso de una logística apresurada en la frontera, con las unidades de transportación, patrullaje y disuasión ni tampoco con instalaciones suficientes para albergar, con baños, comedores, habitaciones, centros de esparcimiento y bases para helicópteros o aviones, a ocho mil soldados.
Lo ideal fuera que las tuviésemos. Que las condiciones estuviesen dadas para trasladar de pronto a 8,000 de los 55,000 hombres y mujeres de nuestras milicias. Pero la realidad nos indica otra cosa.
Hasta ahora, la decisión del Presidente Medina de desplegar drones, vehículos todoterreno, tres helicópteros y otras herramientas tecnológicas, puede representar un paso adelante en el esfuerzo de proteger los más de 300 kilómetros de frontera con estos recursos.
En la época moderna, los llamados “centinelas virtuales”, es decir, el conjunto de equipamiento tecnológico con cámaras, drones y sistemas de vigilancia aérea, más sensores y torres de control, pueden hacer tanto o más que una inmensa cantidad de hombres armados en zonas inhóspitas, impreparados para lo que en esencia es un manejo profesional de la frontera y vulnerables a los papeletazos de los traficantes.