Discordia en el PLD

En una fílmica que circula de un encuentro de seguidores de Leonel Fernández con Bauta Rojas como orador principal, se aclaran situaciones. Esas reuniones fueron durante un tiempo el chisme de moda entre peledeístas y el fuego de mano que atizaba la tea de la discordia. Cada grupo contaba la historia de otro modo, y era creer a uno o no creer a ninguno. Con la susodicha prueba la cuestión se coloca en perspectiva. Aunque da para pensar que ese fue un material preparado y con un propósito muy inteligente: despejar dudas. Se informa de un trabajo que se lleva a cabo casa por casa, como si se tratara de una secta religiosa y no de un movimiento político. La gente que se capta o que se convierte se registra como si fuera un empadronamiento. Y así, se supone, se tiene a miles y miles, incluso se habla de millones. Aun cuando intriga saber si estos millones son otros o los mismos millones de la ocasión anterior. Los que fueron guardados en cajas, cargados en carretillas y presentados en público en un acto memorable del que todavía no se conoce la verdadera intención. Sea lo que fuere, o pueda ser al final, los acólitos son muchos, más o menos acuartelados, y sobre todo, dispuestos jugar el albur del expresidente…

El material luce preparado, una especie de montaje, y con destinatarios discernibles. El peledeísta que quiera saber dónde está la verdadera fuerza de su partido, solo tiene que acercarse a los compañeros que siguen a Leonel Fernández. Los testimonios se bastan por sí mismos. La dirección del partido debe saber desde ahora que en la que viene no ocurrirá lo de la ocasión anterior. El candidato a la presidencia no será decidido por los 35 miembros del comité Político ni los 400 y pico del comité Central. Será escogido por las bases de la organización, tal y como figura en los estatutos. Y en eso se fue enfático, con sobreactuación incluida. No se mencionó ni se hizo referencia, pero todos recordaron lo sucedido en Metro Country Club o el Acuerdo de los Quince Puntos. El consenso que permitió superar la crispación del 2015 y que echó las bases para que el Estado reeleccionista se sirviera a su antojo. Esa masa organizada --por igual– tiene como encomienda propia defender el gobierno. El elemento conspiración que preocupa o se denuncia no tiene cabida en las acciones o decisiones del agrupamiento y los cercanos a Danilo Medina pueden dormir tranquilo. Aunque –claro– con un ojo cerrado y otro abierto, pues saben, como lo sabe todo político, que camarón que se duerme termina sazonado en la mesa…

Llama la atención que en el discurso casi de barricada de Bauta Rojas haya un exceso de confianza o aires de perdonavidas. Dijo al final que no importa si con primarias abiertas o primarias cerradas el próximo candidato del PLD y próximo presidente de la República será Leonel Fernández. Primarias abiertas o cerradas. Le da igual una que otra, y vale preguntarse por qué la discordia de los últimos meses, en la que los seguidores de Danilo Medina patrocinaban las abiertas y los partidarios de Leonel Fernández defendían las cerradas, y la disputa tan enconada como si en ella se les fuera la vida. Además de que los leonelistas andan buscando afuera como locos, y tienen pendientes conformar un nuevo padrón. De darse esa, los conversos, o se inscriben y deberán votar desde fuera, o no tuvo sentido la actual cruzada. Aunque igual intriga la determinación, la seguridad, de que Fernández será el próximo candidato del PLD, y también el presidente de la República en las elecciones del 2020. Si de la abundancia del corazón habla la boca, el PLD, o el sector Fernández, tienen el problema resuelto. Leonel Fernández es una viga, un número de premio mayor, y retornará al poder llueva, truene o ventee…

Si la fuerza que respalda a Leonel Fernández en el interior del PLD fuera hegemónica, y este fuera el candidato seguro del partido de gobierno, no se darían situaciones inexplicables como la posposición de la reunión del comité Político. Tocaba lunes 5 y fue pasada para jueves 8, y ahora no se sabe cuándo. La razón fueron las muchas excusas. Leonel Fernández estaba fuera el lunes, andaba por Miami poniendo en circulación un libro patrocinado por Funglode, pero estaba supuesto a regresar martes en la noche. Aunque igual se dijo que volvería a salir del país. Lo mismo sucedió con Francisco Javier García, el ministro de Turismo, que se halla en Berlín en una feria, y también Simón Lizardo, administrador del Banco de Reservas, igual en la ciudad alemana. Serían tres. Treinta y dos hacen cuorum y constituyen mayoría. Aun cuando se sabe que el ministro García había dicho que quería estar presente, la ausencia del expresidente Fernández sería lo decisivo. Incluso se intriga con el hecho evidente de que la agenda internacional del presidente de la Fundación Global es más importante que la agenda del partido. Podría decirse que no, pero al hacerse habría que descartar las excusas. El comité Político no se reunió lunes ni jueves porque los seguidores de Fernández lo proclaman todos los días candidato, y esa es una situación a resolver…