“De antemano”

ENTRETENERSE:

Entretenerse es algo de humanos. Es un gusto y una necesidad disipar la mente para distanciarnos un poco de la realidad y la cotidianidad y dedicar tiempo a que el cerebro descanse de su función pensante. Ningún ser humano por brillante, súper dotado, intelectual y letrado que sea, puede dedicarse solo a trabajar, sin tener que pausar. Dentro de este renglón el atleta tiene una peculiar relación con su tiempo de entretenimiento o entretención. En este tiempo el avance de la ciencia y la comunicación ha sido vertiginoso, y eso ha puesto en la mano del ser humano el poder de crear, ver, hacer y dar a conocer su propia producción o la de otro. En el caso de un atleta esto es bueno si tiene la formación y malo si es inexperto, ignorando lo que está haciendo.

Para un joven atleta es fácil dejarse llevar más allá de lo que se considera prudente en cuestión del tiempo dedicado a entretenerse. Un celular, un iPad, una tablet, un video juego, todas son vías de entretenimiento que sin las precauciones de lugar son distracciones difíciles de controlar. De antemano, para poderse manejar, el joven atleta debe comprender que tiene que aprender a administrar lo que debe hacer.

Un deportista que de antemano no esté claro de sus límites y responsabilidad será presa fácil de actividades que no lo edificarán. El atleta de hoy en día enfrenta bombardeos contra su tiempo con una agresividad no vista por las generaciones que le antecedieron. El tener el poder de la comunicación instantánea, digital, cibernética y virtual sin ningún límite o lineamiento de cómo sacarle el verdadero provecho se está constituyendo una bomba de tiempo.

Materiales, audiovisuales, informaciones, canciones que en otro tiempo eran consideradas amenazantes, inmorales, no publicables y censurables ahora están a la orden del día con el simple click de una pantallita. Para el atleta esto es como la carcoma: es imperceptible en sus inicios, pero lentamente va desgastando la estructura interna hasta que logra debilitarla y hacerla caer. El atleta que de antemano comprenda que todo lo que escucha y ve influye de manera directa en su capacidad de rendimiento en un terreno de juego será cuidadoso en escoger. El atleta que ignore que el ver fotos, videos, series, películas tóxicas, nocivas, sexuales, agresivas, ilícitas y corrompidas lo convertirán en una “pared” debilitada y carcomida está destinado a fracasar.

La sociedad dice que el ser humano tiene derecho a hacer lo que quiera en la privacidad de su intimidad siempre y cuando no le haga daño a terceros. El enseñar y transmitir esto a una generación con el acceso digital como la nuestra es dar luz verde a la descomposición en la que estamos viviendo. No existe tal cosa como hacer lo que “se quiera” en la privacidad de una intimidad sin ver el efecto dominó de esa decisión en el espectro público. Un atleta que decida llevar una vida personal desordenada, ineludiblemente manifestará los efectos de ese desorden su vida profesional, incluyendo el uso “personal” de sus preferencias digitales.

PREPARACIÓN:

Si no preparamos esta generación de antemano con los principios de vida que hoy son considerados desfasados y arcaicos, seguiremos incubando seres humanos insensibles, implacables, sin afecto natural, irrespetuosos de toda autoridad, con rasgos más de robots que de individuos con corazón. Nuestros atletas jóvenes deben ser adiestrados, formados, enseñados a tiempo antes de que nos arrepintamos de no haberlo hecho.

“¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.” Salmos 119:9 RVR1960

Hasta la próxima.