Los hijos de las menores se enferman más y algunos no logran sobrevivir primer año
Los hijos de madres adolescentes son propensos a presentar problemas como restricción del crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer y prematuridad.
El embarazo precoz tiene consecuencias tanto para la madre como para la criatura. El hijo de una adolescente enfrenta riesgos físicos, emocionales y sociales.
La morbimortalidad neonatal de estos pequeños supera la de los niños alumbrados por adultas jóvenes. Y mientras menor es la adolescente, mayor el riesgo.
“Las muertes perinatales son 50 por ciento más altas entre los bebés nacidos de madres de menos de 20 años que entre aquellos nacidos de madres entre los 20 y 35 años”, informa la pediatra neonatóloga Sandra D’Alemán, quien forma parte de la directiva de la Sociedad Dominicana de Pediatría.
Los efectos dañinos sobre la salud de la criatura pueden incluir restricción del crecimiento intrauterino, bajo peso al nacer, prematuridad y malformaciones.
Complicaciones
Se considera de bajo peso una criatura que al momento de nacer tenga menos de 2,500 gramos. Este problema, de acuerdo con D’Alemán, obedece a causas que van desde deficiencias nutricionales de la madre hasta condiciones patológicas durante la gestación.
La restricción del crecimiento intrauterino se presenta debido a problemas en la madurez fisiológica de la gestante o a trastornos patológicos y/o emocionales.
El bebé de una adolescente enfrenta, además, el riesgo de prematuridad. El nacer antes de completar las 37 semanas de gestación trae consigo diversas complicaciones médicas como retraso del crecimiento, trastornos en los pulmones, retinopatía y ceguera.
Si la embarazada se encuentra por debajo de los 15 años de edad, aumenta la probabilidad de malformaciones en el feto.
Pero los efectos nocivos en la salud del niño no se limitan a la vida intrauterina y al momento del parto. Algunas de las complicaciones que presenta el recién nacido tienen consecuencias que se manifiestan en etapas posteriores de su desarrollo.