En la diana
Parecería que hay un hoyo, un gran hoyo negro, supermasivo, que no deja pasar las informaciones necesarias para que los inversionistas locales conozcan y ajusten sus decisiones y expectativas a la de sus pares internacionales. Un bono en moneda nacional con vencimiento en el 2023 fue colocado en los mercados internacionales el pasado mes de febrero, a la tasa de rendimiento del 8.9%. Según los datos de Bloomberg recopilados y analizados para los fines de esta entrega, desde el pasado 12 de febrero la rentabilidad exigida al citado bono se ha reducido, pues las transacciones reflejan aumento de precios, observándose en lo que va del mes de marzo un rendimiento promedio de 8.23%. El bono doméstico equivalente en términos de vencimiento presenta un rendimiento promedio en el mes de marzo de 9.25%, más de 100 puntos básicos de diferencia. Mientras los inversionistas extranjeros perciben menos riesgo en sus inversiones en moneda nacional, el gran hoyo negro determina que sus pares locales vean exactamente lo contrario. Segundo Tiro
Si dos bonos emitidos por un mismo emisor, uno en moneda nacional y otro en moneda extranjera, y al mismo plazo de vencimiento, tienen rendimiento diferente, y si ambos bonos se comercializan a nivel internacional y local, entonces la diferencia entre el rendimiento en moneda nacional y el rendimiento en moneda extranjera representa la tasa de devaluación esperada por ambos mercados. Está circulando un bono global en moneda extranjera con vencimiento en enero 2024 (once meses más allá de la fecha de vencimiento del bono global en moneda nacional). La diferencia de rendimiento en los mercados internacionales indicaba que al 1 de marzo la devaluación anual esperada por los próximos cinco años del peso dominicano en los mercados internacionales era de 3.54%. Ese mismo día la devaluación anual registrada durante el último año era de 3.57%, lo que significa que las expectativas del mercado internacional estaban alineadas con los datos observados. Algo completamente diferente ocurre en el mercado local, pues cuando se toman en cuenta los datos de las transacciones del cursante mes de marzo del bono doméstico en pesos con vencimiento en febrero del 2023, y en dólares con vencimiento en julio de dicho año, se obtiene que la devaluación esperada por los inversionistas y empresarios locales es de 5.41%. Tercer Tiro
A partir del 1 de marzo la devaluación esperada de la moneda nacional en los mercados internacionales presenta una tendencia claramente descendente, mientras que exactamente lo contrario ha ocurrido con la tasa de devaluación anualizada. Al 9 de marzo la tasa de devaluación esperada por los inversionistas internacionales era de 3.34%, pero la devaluación anualizada correspondiente a ese día aumentó a 3.93%. La diferencia entre lo esperado por los mercados internacionales y lo determinado por la demanda de los actores locales del mercado cambiario doméstico se amplía, y dada la ley del precio único y de no asimetría en el flujo de información, lo anterior significa que el gran hoyo negro supermasivo no permite que empresarios e inversionistas locales no vean y ponderen adecuadamente el panorama macroeconómico completo que si ven y evalúan los mercados internacionales, los cuales no han variado en nada sus expectativas de devaluación de la moneda nacional ni el grado de riesgo que asignan a la deuda pública doméstica.