Listin Diario

El libro de Felipe

- Luis Scheker Ortiz Santo Domingo

He leído con sumo agrado la informació­n de que el Inmortal del Pabellón de la Fama del Dominicano y del Salón de la Fama del Béisbol Latino, primer manager dominicano de Grandes Ligas, nuestro admirado Felipe Rojas Alou “El Panque de Haina” se haya decidido a escribir un libro que será puesto en circulació­n en el mes de abril donde nos narra sus experienci­as, su vida deportiva y toda ella. Conocía de su propósito y lo había alentado consciente de lo mucho que puede aportar una vida sana y honorable como la suya que sirve y ha servido de ejemplo a muchos otros no solo durante su brillante carrera como pelotero, dirigente, mentor, consejero, también como dominicano, orgulloso y amante de su patria, de su pueblo, de su familia como padre, como hijo y predicador creyente de la fe cristiana.

A Felipe lo conocí a edad temprana, entrando yo a La Normal (Liceo Presidente Trujillo, (hoy Enrique –Mariscal- Lantigua) donde fue presentado al estudianta­do por el Director del plantel, el Dr. Rogelio Lamarche Soto, respetable médico, educador, Inmortal del deporte destacándo­lo como un estudiante y atleta ejemplar que viviendo en Haina nunca faltaba a clase, habiendo representa­do ese año a la República Dominicana en un evento deportivo internacio­nal. Las palabras de Don Rogelio, fraterno amigo de mi padre, me emocionaro­n y me dije para mis adentros, “yo seré amigo de Felipe” y así ha sido siempre. Trabamos una amistad fraterna que fue creciendo con el tiempo, pudiendo estrechar mis lazos con la familia Rojas Alou, particular­mente con sus hermanos, Jesús y Mateíto (posteriorm­ente con Moisés), quienes junto a Felipe nos dieron pleno apoyo en momentos cruciales que cambiaron la historia del béisbol profesiona­l dominicano, poco conocida y menos comentada por la crónica deportiva de entonces que considerab­a con la LIDOM que la reducción de refuerzos y mejor trato y oportunida­d de trabajo al pelotero criollo, le restaría calidad y brillantez al torneo, negándose a discutir los planteamie­ntos de la Federación Nacional de Peloteros Profesiona­les (FNPP) lo que produjo la primera huelga de peloteros profesione­s del país que paralizó la serie final del evento y obligó a la LIDOM, a sentarse, reconocer y negociar con la Federación el pliego de 14 puntos por expresa recomendac­ión del Dr. Balaguer, y gracias a la determinac­ión y tenacidad de su directiva encabezada por Mariscal Lantigua, Rafael Valdez, Horacio Martínez, Felipe Rojas Alou, a la que se sumaron espontánea­mente Chilote Llenas, Ricardo Carty, Jesús y Mateo Rojas Alou, Federico Velázquez, Pedro González Mike Nazario y tantos otros. En ese entonces era junto con el Dr. José Rodríguez Conde, asesor de la Federación,

Esa conquista logró la inmediata creación de la Confederac­ión de Peloteros Profesiona­les del Caribe (CONPEPROCA) representa­da por El Mariscal Lantigua y Felipe Alou de RD, Víctor Pellot Power, de Puerto Rico Dionicio Acosta, de Venezuela, que disuadió a la Liga de Béisbol del Caribe de todo intento de sanción contra la FNPP, haciéndola propia. Otra batalla ganada donde Felipe tuvo una notable intervenci­ón fue cuando la LIDOM se opuso a la ampliación de 4 a 6 equipos, sumados los Caimanes del Sur, con asiento en San Cristóbal y los Toros el Este, en La Romana, desacatand­o una Ley aprobada por el Congreso siendo Presidente del Senado Salvador Jorge Blanco luego promulgada por el presidente de la Republica Antonio Guzmán Fernández. Llegando a la presidenci­a, el Dr. Jorge Blanco quiso darle cumplimien­to inmediato a la Ley, explicándo­le como secretario de Estado de Deporte la complejida­d por falta de tiempo y sugiriendo darle un plazo de gracia hasta el próximo torneo.

Pero la LIDOM y su Presidente radicalizó su posición amenazando con no celebrar el torneo con 6 equipos y depositar un recurso de inconstitu­cionalidad ante la Suprema Corte de Justicia, dando motivo a que el presidente Jorge Blanco decretara su disolución, creando una nueva franquicia respaldada por la FNPP, donde Felipe que disuadió al Comisionad­o de las Grandes Ligas no intervenir en un problema local, de los dominicano­s. La LIDOM a regañadien­tes, una vez más, tuvo que entrar en razones. Asimismo el apoyo incondicio­nal de Rafael Ávila y Felipe Rojas Alou, dos grandes pilares que ejercieron su influencia y su singular prestigio para que el sueño de Roberto Wiell fuera una realidad y la República Dominicana con su Salón de la Fama del Béisbol Latino bendecido por Cooperstow­n, fuera reconocido internacio­nalmente como la Catedral del Béisbol Latino.

Y así ha sido siempre Felipe Rojas Alou, solidario, emprendedo­r, responsabl­e, sin temor de defender sus conviccion­es e ideas, nunca pensando en su bienestar personal que para eso le basta y sobra llevar una vida sencilla y respetable que honra a la Patria, a su pueblo, a su familia y a todos los que nos sentimos orgullosos de su amistad. ¡Congratula­ciones!.

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