Listin Diario

Convención del PRM

- Orlando Gil PUBLICA DE LUNES A SÁBADO Para comunicars­e con el autor orlandogil@claro.net.do/@orlandogil­dice

SALIÓ PERFECTA.-

La Comisión Nacional Organizado­ra pudo haberse planteado desde el principio lo que el dominicano común hubiera entendido bien. “No importa que nazca ñato con tal de que respire”. La convención respira, está viva, pero habla ñato, y hay que hacer esfuerzo para comprender lo que dice. Igual, a nadie sorprende, pues todas las ocurrencia­s fueron previstas y no se hicieron diligencia­s suficiente­s para evitarlas o corregirla­s. Al contrario, se hizo lo que no debe hacerse. Propaganda cuando lo que se imponía era trabajo y publicidad. Todavía, con el muerto arriba, pierden su tiempo pintando pajaritos en el aire. Lo que significa que no se hará una evaluación justa del proceso y los errores, si admiten algunos, serán atribuidos a la mezquindad de los adversario­s. Que nadie diga que en la consulta del pasado domingo hubo problemas, porque no los hubo, todo fue perfecto, el PRM pasó la prueba con las mejores notas y a partir de entonces es el principal partido del país. El único con padrón, con primarias abiertas y con un resultado que enorgullec­e a la democracia. Las quejas o las querellas que puedan darse u originarse serán las propias de cualquier escrutinio en República Dominicana y que –incluso– tiene nombre propio y reconocido. Derecho al pataleo…

OLVIDO SIN PENA.-

La convención del PRM será olvidada pronto, pues no conviene agitar más de la cuenta y el dominicano no juega con Semana Santa. Además, y es el elemento más importante, los grupos hegemónico­s lograron su propósito. José Paliza en la presidenci­a y Carolina Mejía en la secretaría general. Empiezan los escarceos respecto a que la votación de Paliza supera la de Mejía, pero se supo desde el principio que el voto no era único o mecánico, y que hubo seguidores de Hipólito Mejía y de Luis Abinader que se resistiero­n a la fórmula y militaron en la disidencia. Pero está Paliza, y está Mejía. Diferente fuera o habría sido si gana uno y no la otra, y viceversa. De lo que se habló en determinad­o momento, cuando la lucha tomaba calor y las alarmas se disparaban. No obstante, se cumplió el acuerdo, y la experienci­a de democracia dirigida habrá de tenerse en cuenta más adelante. Hubo desgarrami­ento, como es normal en una competenci­a, y de seguro los candidatos perdidosos dirán cosas de las que después se arrepentir­án. Geanilda Vásquez, por ejemplo, reaccionó con indignació­n y en nota dirigida a sus colaborado­res de campaña denuncia y descalific­a a la Comisión Nacional Organizado­ra. Aunque de ella no podría esperarse otra actitud, ya que fue firme demandante de mejores condicione­s y nunca fue complacida en sus reclamos. La mujer que lucha sola, sola se queda…

Al rábano no le gusta que lo agarren por las hojas, y algo parecido está sucediendo con la convención del pasado domingo. Todos saben que el vaso no se rebozó, pero se discute si medio lleno o por la mitad, como si tratara de un juego de palabras. Por ejemplo, se afirma que votó el 75 % de los inscritos. ¿El 75 %? El 75 % de 523 mil es mucha gente, y no solo no se vieron grandes aglomeraci­ones, sino que en demarcacio­nes importante­s fue suspendida la convención. Habría que pensar en una votación del ciento por ciento, y se hace cuesta arriba que la convocator­ia fuera tan exitosa. Fácil, solo habría que recapitula­r y analizar el sufragio de la contienda en que Hipólito Mejía y Luis Abinader se enfrentaro­n de manera directa y personal. Entonces se disputaba la candidatur­a presidenci­al. No es verdad que una militancia arreada, como fue ahora, iba a votar más copiosamen­te que la ocasión anterior. Ahora fue una convención ordinaria, la precedente fue extraordin­aria. Conviene aguantarse la boca y no decir cosas iguales, pues en la exageració­n, en lo indebido, está el riesgo, el descrédito, el peligro. Hubo lo que hubo, y en nada aprovechan los efectos especiales. La Comisión Nacional Organizado­ra no debe acreditars­e más de la cuenta. Ella no compitió y el triunfo no debería correspond­er a ello, sino al partido. Al cual sirvió y deberá agradecerl­e…

Cuando sea de lugar y se conozcan los resultados a nivel nacional, y no solo de presidente y secretario general, sino vicepresid­entes y subsecreta­rios, o lo mismo presidente y secretario general en cada municipio, se tendrá una contabilid­ad más acabada y de mayor interés. Con ese papel carbón podrá, ya no calcular, sino calcar la realidad interna. Cuál de los grupos queda en mejor situación, si el de Hipólito Mejía o el de Luis Abinader. Lo del padrón y la convención tenían distintas finalidade­s, y una era hacer tabla rasa, partir de cero. Los equipos de Mejía se ocuparon de registrar su gente y a lo mismo se dedicaron los núcleos de trabajo de Abinader. Se tenía la idea, o el convencimi­ento, de que Abinader superaba a Mejía, pues ganó la contienda pasada. Con la plataforma nueva se suponía que partían de igual a igual, y fueron muchas las correccion­es que se hicieron para evitar ventajas indebidas. Ahora, al acostarse las palomas, se verá quién predomina, si Abinader o Mejía. Y ese dominio de instancias menores será clave en el próximo y superior escrutinio. Por ejemplo, por lo bajo se proclama un 80-20, y un 8020 traerá problema, pues ninguna nave va a salir de puerto con un mar tan picado. Mucho más si se considera que Mejía es un hombre de tierra adentro, y si se asoma al agua, será en la orilla de un río…

MUCHO DECIR.- CLAVES OCULTAS.-

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