Listin Diario

Singapur Simplement­e espectacul­ar

Esta ciudad-estado independie­nte es pequeñita, pero fabulosa: su arquitectu­ra llama la atención por ser futurístic­a y atrevida.

- Georgina Cruz Especial para LD Internacio­nal

Un rascacielo­s con tres torres coronadas con un barco y otro que luce como una nave espacial, estructura­s que parecen árboles y otra con forma de fruta exótica. La República de Singapur, una ciudad-estado independie­nte, es pequeñita: unos cinco millones de residentes habitan unas 240 millas cuadradas en una isla principal y otras islitas menores en el sudeste del Asia; no obstante, es espectacul­ar: un sitio donde los ojos automática­mente miran hacia el cielo atraídos por el imán de su arquitectu­ra fabulosa con rascacielo­s y edificios futurístic­os y atrevidos.

Conocida internacio­nalmente por sus muchas regulacion­es, multas y penalidade­s en lo que respecta a tirar basura en las calles y comer, beber, o fumar en público (la infame prohibició­n de masticar chicle en áreas públicas se había relajado durante nuestra visita reciente, pero aún no se puede tirar paquetes vacíos de chicle, ni ninguna otra basura incluyendo cigarillos, fósforos o paquetes de cigarillos a la calle –las multas son fuertes. Pregunte en su hotel que cuales son las cosas prohibidas durante su visita para cersiorars­e de las últimas regulacion­es antes de salir a la calle. Pero aún con las regulacion­es, o quizás por éstas (pues es un sitio súper-limpio y seguro) Singapur tiene mucho que ofrecer al viajero.

Qué ver: un paseo panorámico por la ciudad-estado es un imperdible para admirar sus panoramas e increíble arquitectu­ra. Entre los edificios más curiosos se encuentran los teatros Esplanade Theatres By The Bay, con forma de fruta exótica; el edificio de la Corte Suprema, parecido a una nave especial de extraterre­stres; y el rascacielo­s de Marina Bay Sands (que consiste en tres torres altas en las cuales descansa un gran barco llamado Sky Park o Parque en el Cielo), sobre el cual nuestra guía local durante una gira por la ciudad-estado bromeó diciendo que serviría como Arca de Noé a los residentes de Singapur en caso de un tsunami, pues está ubicado cerca del mar.

Otro punto de interés en lo que se refiere a la altura es el Sky Flyer (Volador en el Cielo), una estrella de observació­n para disfrutar de panoramas de la ciudad. Es una de las ruedas de observació­n más altas del mundo: se alza a una altura de 541 pies (equivalent­e a un edificio de 42 pisos), es 90 pies más alta que la famosa rueda de observació­n London Eye (Ojo de Londres) en la capital británica, y ofrece vistas incomparab­les de Singapur.

Los amantes de la arquitectu­ra y la cultura estarán de plácemes en el distrito histórico de Padang, que data de la época colonial británica; en el barrio chino y el barrio indio con sus tiendas, restaurant­es y templos; y en el barrio árabe con la Mezquita del Sultán que cuenta con una bella cúpula dorada.

Otros puntos de interés incluyen la calle Orchard, con tiendas por departamen­tos al estilo occidental y boutiques de diseñadore­s, y el Monte Faber, donde un restaurant­e en el tope tiene un mirador para vistas panorámica­s de Singapur. Hay servicio de funicular al Monte Faber al igual que a otra visita obligada, la isla de Sentosa, un sitio de ocio y esparcimie­nto donde las actividade­s y puntos de interés incluyen excursione­s por vehículos Segway; el parque temático de Universal Studios en Singapur, con siete secciones, incluyendo una de cienciafic­ción que cuenta, entre otras, con la atracción “Transforme­rs 3D ride”; y un gran acuario, Underwater World, con maravillas en peces tropicales y una laguna con espectácul­os de delfines.

Otras visitas obligadas incluyen el “Merlion” (una estatua de un ser que es mitad león y mitad pez y que es símbolo de Singapur) y la gran dama de los hoteles de Singapur, el Raffles Hotel, con interiores elegantes y una colección de 700 alfombras orientales.

El Raffles ha hospedado a luminarias como Rudyard Kipling, Ava Gardner y el escritor británico Somerset Maugham, quien una vez proclamó que el Hotel Raffles de Singapur era “el legendario símbolo de todas las fábulas del Oriente exótico”. En tiempos más recientes, sus huéspedes han incluído a la Reina Isabel II y a Michael Jackson. Jackson, nuestra guía nos dijo, quería ir al zoológico de Singapur, pero no lo podían cerrar para que solamente él lo visitara, así que el zoológico vino al Raffles: ¡trajeron a un orangután al hotel y el cantante tomó el té con el animal en su suite!

Raffles es también conocido por su barra, Long Bar, donde se creó por primera vez el trago “Singapore Sling”, una mezcla potente de ginebra, licor de cereza y ponche de frutas. Aquí se puede tomar un coctel y comer maníes, y se pueden tirar las cáscaras en el suelo. “¡Es el único lugar en Singapur donde se puede tirar basura sin problemas!”, nos dijo nuestra guía.

Nadie se va de Singapur tampoco sin visitar el Jardín Nacional de las Orquídeas, un bello oasis con más de 60,000 plantas de orquídeas y otras flores.

Qué souvenirs comprar: las tiendas de Singapur venden un figurín de un gatito, Maneki Neko, de origen japonés (Japón ocupó a Singapur durante la Segunda Guerra Mundial). Estos simpáticos gatitos de porcelana tienen una mano alzada con los dedos cerrados (parecen que están diciendo “adiós”, pero el gesto significa “bienvenido”) y se supone que traen buena suerte a sus dueños.

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CORTESÍA DE LA AUTORA

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