El auge proteccionista podría perjudicar millones de pobres
Recomiendan a los países reducir altos aranceles a la importación y eliminar las prohibiciones.
El aumento del proteccionismo podría perjudicar a millones de personas pobres en los países en desarrollo, según un estudio difundido ayer por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI).
El director general del IFPRI, Shenggen Fan, aseguró en una teleconferencia con medios internacionales que las recientes reacciones contrarias a la globalización amenazan con “ralentizar los progresos hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible de erradicar la pobreza y el hambre para 2030”.
En concreto, se refirió a la falta de acuerdos en la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio en Buenos Aires el pasado diciembre, la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y del Acuerdo de París sobre cambio climático, o la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea.
En medio de la preocupación creciente por la inmigración en muchos países y la deriva del sistema multilateral hacia otro más basado en el bilateralismo, Fan afirmó que se pueden afrontar los problemas derivados de la globalización de otra forma sin tener que obstruir el comercio.
Así como la apertura del comercio ha abaratado los alimentos y expandido el acceso a productos más diversificados en las últimas décadas, existen riesgos asociados como la creciente desigualdad, el impacto en la salud, un mayor uso de la energía y el daño ambiental.
“Los sistemas alimentarios tienen el potencial único de abordar muchos de esos desafíos, de modo que se reduzcan los riesgos y se maximicen los beneficios”, dijo, para quien se debe incluir a mujeres, jóvenes y pequeños productores, disminuir la huella ambiental y generar empleo.
Otro experto de ese centro, David Laborde, resaltó que “la restricción del comercio en los países en desarrollo está reduciendo las oportunidades para que los agricultores logren buenos ingresos para su producción”.
“El comercio es un catalizador y acelera la innovación y la transformación. Si no hay buenas redes de protección social, esa aceleración tiene un coste social. Se necesita una mayor y mejor gobernanza para abordar los problemas del comercio” desde su raíz, apuntó.
En su opinión, no solo se trata de evitar la “guerra” comercial entre grandes potencias, sino también de impedir otros efectos como la competencia desleal.