¡Salvando al imperio!
Los golpes de estado en América Latina en los que involucraban a Estados Unidos dolían, pero ya no tanto a juzgar por la conducta golpista de los congresos en plena democracia. El expresidente peruano Pedro Pablo Kuczynski fue la última víctima el 21 de este mes y ya el 22 desaparecieron los titulares de las primeras páginas de los diarios.
Nunca me creí que USA era la culpable de los males de los demás territorios soberanos. Su pecado capital fue impedirles ser comunistas. Por eso me preguntaba si algún día se podría zafar de esa aureola de imperio abusador y explotador sin perder su grandeza.
Donald Trump lo logró tan pronto surgió el rumor de su postulación a la nominación presidencial por el Partido Republicano. Ya antes intentó ser demócrata y hasta coqueteó con su propia independencia partidaria hasta llegar al convencimiento de que no bastaba la figuración pública excesiva.
Su tono altisonante en los debates con los demás postulantes y los moderadores no registran precedentes. Sus concentraciones multitudinarias y paralizadoras de ciudades solo eran comparables con las protestas por la guerra de Vietnam y el sepelio de Robert Kennedy.
... Se burló de los políticos
En sus discursos, les daba por la madre a los políticos federales mientras se burlaba de ellos. Resaltaba el nacionalismo descuartizando la teoría del imperio norteamericano. También les estropeaba el orgullo a la clase dominante tildándola de estúpida y responsable del gran déficit comercial y su falta de liderazgo en los organismos internacionales.
Desnudó en público a toda Europa, Arabia Saudita, Japón y a Corea del Sur cobrándoles por los servicios de seguridad territorial. Sus piropos a Putin estaban y están desviados de las recomendaciones de la inteligencia.
Discursaba con tanto sarcasmo que mantenía a sus simpatizantes riéndose desde el principio hasta el final, pero al mismo tiempo con un énfasis igual de imponente y creíble que comenzó a preocupar a Washington y al establishment mundial. Era como tener a Fidel Castro y a Hugo Chávez en casa. Fue entonces cuando se propusieron frenarlo... ¡Pero ya era tarde! A menos de la mitad de la campaña de las primarias republicanas, los candidatos participantes por los dos partidos y personajes poderosos se reunieron con los principales medios de prensa con la finalidad de pedirles una reorientación en la forma de cubrir sus mítines.
... El boicot de la TV
A partir de ahí la televisión no volvió a mostrar al público que participaba en sus manifestaciones. Aun todavía, siendo el presidente más controversial de la historia norteamericana, apenas enfocan su rostro en tamaño foto carné aunque él no para de retarlos a mostrar todo. La prensa simplemente aparcó el juramento de la imparcialidad para machacarlo sin piedad. En un momento determinado llegaron a existir más de 80 mil anuncios pagados activos tratando de atajarlo. No pudieron frustrar su aterrizaje en la Casa Blanca, pero le etiquetaron una negatividad superior a lo que representan realmente los Estados Unidos. El resto del planeta se sumó y se ha olvidado del Tío Sam.
Con lo contagiante que son las multitudes y la risa, la opción contraria hubiera sido el mundo patas arriba unido a Donald Trump riéndose del imperio norteamericano y el orden internacional.
Mientras muchos siguen tildándolo de loco y desaforado, Trump no ha perdido un solo voto de los que obtuvo el 08 de noviembre del 16 para derrotar a Hillary y a los demócratas, y pocos dudan que los norteamericanos lo reelegirán en dos años y pico, a menos que ocurran cosas que estremezcan a la humanidad... Cosa para nada imposible.