Difteria y mortalidad infantil
progreso, confraternidad, bondad y amor a sus semejantes y que sobre todo en ellos, germine la honradez en sus acciones. Gracias a Dios por darme la oportunidad de reconocer junto al Director del “Listín Diario”, Don Miguel Franjul, a dos auténticos propulsores del béisbol dominicano, como lo son Don Ellis Pérez y Don Cuqui Córdova, maestros por siempre del emprendedurismo generador de grandes aportes a nuestra sociedad. En la Oficina del Comisionado Nacional de Béisbol Profesional de la R. D. estamos de júbilo porque actuamos con justeza con Cuqui, sustentador en su obra literaria deportiva de los grandes momentos y las grandes figuras del béisbol “marca país” de los dominicanos. Y con Ellis, la justeza de resaltar la visión que tuvo al producir hace 55 años la primera transmisión de Grandes Ligas para apoyar el gran talento dominicano que nos representaba.
Honrar honra y más cuando lo hacemos con un sentimiento de gratitud, y como acostumbro a filosofar, finalizo citando: “La mano del generoso es como las nubes del cielo, que riegan la tierra, las frutas, las hierbas y las flores; pero el corazón del ingrato es como la arena del desierto, que se traga con avidez las flores que caen y las entierra en su pecho y no producen nada”.
El pasado lunes 26 de marzo de 2018, el gobierno hizo público la exhortación del Presidente de la República por Semana Santa: prudencia y meditación.
Prudencia al actuar, en las formas de disfrutar los días de asueto que para los más necesitados empezarán hoy, después del mediodía.
Acojo ese llamado, repleto de retos y los riesgos derivados del compromiso personal con la esperanza y el ejercicio de la ética de la responsabilidad.
Como por sortilegio, hace pocos días encontré uno de mis artículos publicados en este diario el 19 de febrero del 2015: “La narrativa minimalista de Alice Munro”. Volví a leer algunos de los textos de esta autora. Retomé su corolario básico e íntimo: superar toda decepción, traición, fatalidad y engaño.
Sin dejar de mirar en derredor, a unas autoridades de salud desplegando una intensa alerta contra la difteria, como forma de indicar el bajo nivel de vacunación vigente en el país en un escenario en el que internacionalmente se denuncia que sólo alrededor del 57% de la población tiene sus vacunas activas.
Vacunar a la población es una de las tareas, responsabilidades y roles principales de Salud Pública: el control sanitario. De él hablamos en nuestra antepasada entrega.
La importancia de esa alerta fue reseñada por este diario, en su editorial, cuyos argumentos compartimos. Pese a todo. Por urgente y necesaria. Pese a los inconsecuentes. Ellos opinan que al activar tal operativo por un caso aislado e importado se busca ocultar lo simple e inaceptable de que la Mortalidad Infantil (MI) ha seguido creciendo en las últimas semanas, un tema que hace apenas un mes causó revuelo público y se mostró en amplios titulares en los medios de comunicación.
El periodismo científico es compromiso con la verdad. Da seguimiento cercano y diario a todo cuanto acontece en su ámbito de interés —en nuestro caso, la salud— bajo la aproximación metódica a los actos de las fuentes de información y actores sociales y regulatorios, guiado por una observación empírica basada en el criterio cristiano de “Por sus frutos los conoceréis”, según Mateo, 7:16.
En ese ejercicio, que hace de Jesús el Maestro para la vida iluminada, pudimos comprobar que el más reciente boletín publicado por la Dirección General de Epidemiología (DIGEPI), correspondiente a la semana 11 (marzo 11-17 del 2018), confirma este incremento continuo de la MI. Y también, una caída significativa de la Mortalidad Materna (MM) que, sin embargo, los críticos de salud no observan ni toman en cuenta como resultado exitoso de políticas públicas.
Según dicho boletín, en las últimas cuatro semanas transcurridas, con relación a igual período del año anterior, la MM cayó de forma significativa: en 38.09%, al pasar de 21 ocurridas en las referidas semanas 8-11 2017 a 13 muertes de madres en igual período del 2018. El reporte indica, además, una tendencia sostenida a la reducción de la MM porque la diferencia para el periodo (semanas 1-11 de ambos años), es -1, al registrarse 38 muertes de madres en el 2017 y 39 en el 2018. Cabe destacar el aporte de la semana 11 a tal resultado porque en ella hubo cinco muertes menos que en el 2017.
Esas cinco muertes menos acreditan en 12.5% a la baja de la MM registrada en las primeras 11 semanas del 2018 y en 23.81% a las reportadas para las semanas 8-11.
Lo penoso es que no ocurra lo mismo con la MI, efecto de la hórrida espada de Damocles que pende sobre la esperanza a la vida de los recién nacidos y los infantes, de criarlos y amarlos de sus padres y, de la nación y estado dominicanos, de garantizar la vida a generaciones nuevas que la fortalezcan y garanticen su supervivencia y desarrollo.
En las semanas 1 a la 11 del 2018, la MI infantil creció casi en 30% (29.9% para ser exactos) respecto al año anterior. Eso es demasiado e ilustra un verdadero desastre que involucra las condiciones y calidad de los servicios médico-hospitalarios en Pediatría y la Ginecobstetricia, denunciando falta de calidad y compromiso en los Prestadores de Servicios de Salud públicos y privados vinculantes a los sistemas nacionales de salud y seguridad social en estas especialidades.
La alerta y operativo amplio e intenso del Ministerio de Salud Pública, con su llamado a la vacunación de los infantes, desde los recién nacidos a los de 4 años de edad, es una reacción oficial necesaria y valiosa ante esos niveles actuales de MI. Denuncia, además, el grupo poblacional en riesgo de muerte, señalando una de las causas de estas mortalidades: la falta de vacunación preventiva. Internacionalmente se afirma que aproximadamente el 43% de la población infantil no tiene activas sus vacunas. Lo que también podría estar ocurriendo en el país pese a que a través de su Programa Ampliado de Inmunización, el Ministerio de Salud Pública aseguró que el país adquirió suficientes vacunas contra la difteria, de las cuales hay disponibles más de 2 millones, en distintas presentaciones.
Es la razón del llamado oficial: observar y cumplir el esquema de vacunación de los hijos. Un hecho que, por encima de cualquier otra causa de MI, eleva a nivel de principalía el nivel de irresponsabilidad familiar sobre la salud de los hijos que están adoptando los padres y tutores. ¡Los mismos que luego culpan a los médicos, las clínicas y los hospitales de la muerte de sus hijos!
El operativo y la alerta desplegados por un caso de difteria, más que tapar el actual nivel de MI, involucra a la población en su reducción. Especialmente las causadas por la pereza, desidia e irresponsabilidad de los padres para vacunar a tiempo y oportunamente a los hijos.
Finalmente, esta enseñanza: Mateo 7: 7-12 y 15-22.