Curas acusan a nacionalistas y patriotas de fomentar odio y xenofobia
LOS SACERDOTES
(+) El sacerdote Nelson Acevedo llamó malos dominicanos a los que fomentan la xenofobia contra los haitianos.
Padre, perdónalos... Sí, Padre, a aquellos que promueven el odio revestido de falso nacionalismo". FAUSTINO BURGOS, obispo auxiliar de Santo Domingo.
(+) La organización también deploró que funcionarios con sueldos de lujo aumenten sus salarios a pesar de haber alegado no tener recursos.
El mensaje del Sermón de las Siete Palabras de la Iglesia Católica, con motivo del Viernes Santo, centró sus críticas en aquellos patriotas y nacionalistas, a quienes consideró “rancios” que siembran odio y xenofobia contra los inmigrantes e indocumentados, especialmente con los haitianos.
Además, la iglesia arremetió contra la justicia dominicana, la corrupción e impunidad en el caso Odebrecht, así como a los funcionarios que elevaron sus salarios a pesar de haber alegado que sus instituciones no poseían fondos para ejecutar las labores para las que fueron creadas.
También deploraron las condiciones del sistema de salud y la falta de oportunidades laborales que tienen los jóvenes egresados de universidades.
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen; sí padre, a aquellos que promueven el odio, el rencor y la xenofobia, revestido de falso nacionalismo o falso pudor, creando zozobra, intranquilidad y viendo fantasmas donde no los hay”. Padre, perdónalos... es el grito de los que ya no aguantan más tanto oprobio, odio, violencia, inseguridad e injusticias. Tenemos sed de justicia, más justa, imparcial y equitativa. No una justicia para el grande y otra para el pequeño.
“Es necesaria y urgente la conversión de tantas personas que aferrados a un patriotismo barato se encarnizan contra inmigrantes, Nuestra iglesia tampoco queda impune. Nosotros necesitamos convertirnos y pedir perdón por los escándalos de algunos. ¿Por qué nos da la impresión de que vivimos en una selva al transitar por las calles del Gran Santo Domingo? que aunque con cultura diferente a la nuestra, no dejan de ser personas y, por tanto, merecen respeto”. En República Dominicana no se ha construido cárceles para los que se roban millones ni existen jueces para la clase política. Somos un pueblo bueno, cálido y cercano. Luchemos por mantener lo que nos une por encima de lo que nos aleja.
“Hay un grupo de malos dominicanos y dominicanas fomentando xenofobia con los vecinos haitianos; es verdad que no podemos Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? Este es el grito ante la injusticia y la impunidad de nuestro país. recibir a todos los ilegales haitianos que cruzan la frontera, pero no se puede tratar de incentivar en los más ignorantes un nacionalismo rancio y barato que no toca a quienes se benefician de las manos de obra baratas de los trabajadores haitianos ni reclaman la aplicación de las leyes laborales”,
“Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? Este es el grito de muchas personas que a diario ven pisoteada su digniddad, que sufren dolor e impotencia ante los abusos a los que son sometidos en sus lugares de trabajo, con sueldos de miseria, mientras que observan como los miembros de algunas instituciones del Estado, quienes devengan sueldos de lujo, se hacen aumentos de sus sueldos a pesar de que han alegado que sus instituciones no tienen fondos para ejecutar las funciones para las cuales han sido creadas”.
“¿Qué ha pasado después de ese grito divino por la alegría de que la obra estaba hecha? ¿Por qué a diario me encuentro con tantos jóvenes graduados de la universidad y que por falta de oportunidades andan sin rumbos, sin trabajo? ¿Por qué la gente no valora el medio ambiente, común para todos?”
“La violencia ejercida por una persona, una institución o situación estructural se inserta cada día más queriendo crear una ‘cultura de violencia’ a través de la discriminación, el racismo, la exclusión y una cultura patriarcal”.