Pasos y pautas
La entrega del martes, relativa a la reunión que filtramos de la “Otan“del PLD en Los Mogotes, se consumió cual pan caliente ocoeño de los viejos tiempos, cuando el producto era de lo mejor del país. Agradecemos que el presidente Medina estuviera entre los consumidores del material (¿). La curiosidad que mataba a algunos de los influyentes comensales – y hasta a un aguzado colega que le pisaba los talones a la primicia – era de como los datos del evento políticopero en privado- habían llegado al autor. Sencillamente, como han llegado – y llegan– tantos otros, a lo largo de unos 40 años de brega profesional y de amistad personal con figuras y mecanismos ligados al poder, desde los duros doce años del doctor Balaguer, pasando por los gobiernos democráticos don Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y el propio Danilo Medina, pese algún determinado “olvido”, ingratitud o pellizco innecesarios con lo que se haya tenido que lidiar en el largo camino. Y volvemos al grano: A la invitación a una “reflexión” que el jefe del Palacio le hiciera a los aspirantes a su alto cargo, faltó uno de la lista, Radamés Segura, y alguien hizo la salvedad, pero el mandatario lo resolvió con un: “yo me encargo de llamarlo” (La ausencia de doña Margarita, y mucho más de Leonel, había que verla como un acto de prudencia del gobernante; con ella, porque además de Vice, es la esposa del doctor Fernández, y con este , porque además de presidente del Partido, ha sido presidente de la República tres veces, y no sería delicado poner en un mismo plano a un competidor peso pesado de la política, con otros que todavía son peso pluma o peso mosca. Ahí Medina jugó bien la ficha. Y lo que filtró Domínguez Brito, que es lo que se conoce, no fue todo lo dicho y ocurrido. Allí, Danilo – insisto debe ganar tiempo y en que hay cosas que no puede decir desde ahora - fue claro, sin embargo, con los convocados: “Yo no voy, las circunstancias del 16, no son las de ahora”… Algo más: invitándoles a trabajar y tirar para adelante, dio el banderazo a las aspiraciones presidenciales del grupo presente. Eso sí, le hizo la salvedad de que apoyaría a quien tenga más votos o mayor posibilidad de ganar las elecciones y preservar el poder. No les dijo que deberán renunciar al cargo público que ocupan, como tendrían que hacerlo, de decidirse. Quizá por eso nadie se ha animado todavía a lanzarse, aunque sabemos que un legislador lo hará en su momento (a diferencia del que es nombrado por decreto, el aspirante que ocupe un cargo electivo no está obligado a renunciar si es candidato, que es el caso Reinaldo). ¡Hay más!