Danilismo fomenta crisis nacional
Los legisladores del PLD fueron dejados en libertad para votar por la Ley de Partidos, no obstante, el oficialismo los agrupará. En el Senado habrá el ensayo de la reelección con la reunión irregular del bloque de senadores. Como todo ventrílocuo, Danilo Medina convoca y tendrá un adocenado muñeco para alinear las manos para el voto por las primarias abiertas
Hace tiempo que los cerebros de los legisladores oficialistas no existen en libertad. El entorno palaciego puede moldear sus voluntades con chantajes o presiones. El poder tiene una amplia autonomía operativa y la ejerce.
Los ocupantes del Palacio Nacional no paran en sus maquinaciones bajo la creencia de que pueden atropellar sin consecuencias. Una aguda miopía les desdibuja el futuro. Como miran la vida por el túnel de las ambiciones personales no se percatan de la existencia de un pueblo que rechaza las imposiciones. Este tremendismo danilista encamina el país a una crisis de gobernabilidad.
Hay sordos de los ojos y ciegos de oídos. Las encuestas hablan de un alto número de personas alejadas de los partidos o que no quieren hablar de sus preferencias electorales. Crece la masa silente. Este silencio no significa indiferencia sino cautela. Aguardan su momento. Ese alto número de ciudadanos usará el látigo del voto contra las tropelías.
La venganza política contra el danilismo crece en el seno del pueblo.
En el más reciente patinazo oficialista debía ser una muestra de alerta. En las redes se tornó viral la reacción popular por el desprecio de Danilo ante la clase media. El mandatario dijo que es problema personal si la vanidad lleva a la gente a pagar colegios en vez de usar las escuelas públicas.
Lo menos que le preguntaron fue que si sus hijas o los hijos de sus funcionarios van a escuelas públicas, para que hable con el ejemplo.
La indignación tuvo opiniones de todos los tonos y colores. Esas palabras descomedidas provocaron ur- ticaria en la opinión pública. Está claro que el presidente Medina debe seguir ejerciendo de ventrílocuo porque culparán a otros de los dislates; lo suyo no es hablar. Debe continuar hablando a través de sus muñecos que convocan senadores para aprobar las primarias abiertas.
Aunque desate una crisis de gobernabilidad que se lleve al PLD por delante, Danilo requiere las primarias abiertas para poder sobornar y comprar votos para la reelección. Afila cuchillo para su garganta.