Los inicios de la primera cruzada
muy propias para provocar la risa: pobres, que herrando los bueyes a la manera de los caballos y enganchándolos a un carro de dos ruedas, cargaban sus exiguas provisiones y sus hijos, y lo arrastraban, y cuando los niños tenían enfrente algún castillo o ciudad, preguntaban si aquello era Jerusalén, hacia donde se dirigían” (Francisco Martín Hernández, I 2013: 271).
A Constantinopla llegaron Pedro, el Ermitaño y sus pobres, antes que ningún otro ejército, en agosto del 1096. El Emperador Alejo Comeno intentó disuadirlos de seguir adelante hacia el Asia Menor, pero para evitar el saqueo de Constantinopla, los cruzó al otro lado del Bósforo. En Asia Menor continuaron sus saqueos. Los musulmanes los masacraron. Se sabe que, 3,000 sobrevivientes de esta alocada empresa, todavía se unieron a la primera cruzada.
Los contingentes de la primera cruzada se habían puesto en marcha el 15 de agosto de 1096. A su llegada a Constantinopla, el Emperador bizantino, asustado al ver a todo tipo de gentes y 10,000 caballeros (Henri Bresc, en Alain Corbin, Director, Historia del Cristianismo, 2013, 178), empezó a temer, que la ayuda se convirtiera en conquista. Para remediarlo, les exigió un juramento de vasallaje “a la occidental”. “Él había esperado tropas mercenarias, pero no un ejército con sus propios jefes autónomos”.
En los primeros días de junio del 1097, Nicea fue reconquistada. Se privó a los cruzados del saqueo. Se le devolvió al Emperador Alejo la ciudad, pero poco a poco, los interesados cruzados empezaron a considerar al Emperador como como un rival, y hasta traidor. El 1 de agosto los cruzados vencieron en Dorilea, victoria que aprovechó Balduino para abandonar el grueso del ejército y crear el condado de Edesa bajo su dominio. Nacía el primer estado cruzado. El 3 de junio,1098 cayó Antioquia en poder cruzado. El Emperador Alejo montó en cólera al enterarse que Bohemundo de Tarento se había proclamado príncipe de Antioquía y “erigió un patriarcado latino”. El Emperador fue ignorado. Su ayuda a los cruzados era poca y lenta. La primera cruzada aún no había alcanzado su meta, pero ya brotan las rencillas entre los diversos contingentes y crecía la animadversión hacia el emperador bizantino. Había sacudido un avispero. El autor es Profesor Asociado de la PUCMM, mmaza@pucmm.edu.do