Su padre Oswaldo Morejón, ha sido el gran inspirador
(+) Ambas también sobresalen en los estudios, mientras Ana Laura estudiará sicología, Ana Fernanda se decide por la nutrición
Aunque desde pequeñas practicaron tenis, natación, baloncesto, gimnasia y fueron tocadas por el modelaje, pero ser criadas en un ambiente donde se respiraba puro béisbol tuvo mayor peso para decidirse por esta disciplina al momento de preferir el deporte de su predilección.
“Pienso que el hecho de permanecer mucho tiempo entre estadios y estadios valió más para que ambas se decidieran por el béisbol, fíjate cuando yo no estaba jugando en la Liga Mexicana lo hacía en el Pacífico”, expresó Morejón padre, un bateador de .310 de por vida en la Liga Mexicana, pero que nunca jugó a nivel profesional en Estados Unidos.
Ana Laura es antesalista e inicialista y su desempeño en el pasado evento fue tan meritorio que integró el equipo Todos Estrellas como primera base, y con average de .400 y cinco remolcadas lideró a sus compañeras en ese renglón. En el aspecto ofensivo ella es de los más potentes con que cuenta el combinado mexicano e incluso en el pasado torneo femenino efectuado en esa nación fue de las mejores en bateo y se convirtió en la única en disparar un jonrón sobre la verja.
Aunque de rostro alegre y jovial, Ana Fernanda desempeña la parte más ruda de las posiciones, la de receptor, aunque no posee esa
Desde los 10 u 11 años de edad comenzaron a practicar el béisbol, siempre de la mano de su progenitor...” OSWALDO MOREJÓN
Padre y mentor
gran contextura no siente temor en jugarla. “Me gusta, al principio lanzaba, pero luego me dijeron que si quería hacer las veces de cátcher y me encantó”, señala la novel, quien tuvo average de .333 (3-1). En pasado certamen, en el que no lograron avanzar hasta la Copa del Mundo, a pesar de que fue el equipo que menos carreras permitió con apenas 10.
Iniciaron desde los 10 años
“Desde los 10 u 11 años de edad comenzaron a practicar el béisbol, siempre de la mano de su progenitor, ya tenían nociones del mismo, pues lo acompañaban en los diferentes parques, éramos sus fans número uno, aplaudíamos delirantemente cada uno de sus batazos”, expresan las jóvenes sobre aquellos gratos momentos en que su padre era uno de los principales jugadores de la Liga Méxicana , donde brilló principalmente con los Leones de Yucatán, donde de hecho es el pelotero de este estado con la mayor cantidad de imparables con los 2,215 con los que se despidió en el 2016.
Comparten casi todo juntas, desde su habitación, profesan el cristianismo, son misioneras y transitan por las diferentes comunidades brindando educación cristiana a niños y jóvenes, a quienes incluso les hablan un poco sobre el béisbol con el objetivo de que se enamoren de este deporte, hasta su red de Facebook es compartida. Pronto iniciarán sus carreras universitaria, mientras Ana Laura estudiará sicología, Ana Fernanda se ira por el lado de la nutrición.
“Queremos ser magníficas en el béisbol, formar parte para que México tenga una sólida selección y en algún momento llegar hasta la Copa Mundial, pero nuestro objetivo primordial es convertirnos en excelentes profesionales de nuestras carreras”, externaron ambas al Listín Diario.
Una tercera hermana, Sofia Margarita, de solo 10 años también ha iniciado sus pininos en este deporte, para ella le ha sido más fácil incursionar en el mismo, pues se mira en el espejo de las dos mayores, estas siempre encontraron el soporte de su madre, quien solo le dijo “Lo que quieran hacer en su vida, solo les pido que los hagan bien, que traten de estar siempre entre las mejores.
Y no ha sido para menos, Ana Laura bateó .383, siendo la mejor a la ofensiva en el último torneo de la Liga femenil de Yucatán, un estado de casi dos millones de habitantes y que puede inscribirse como el lugar donde prácticamente ha nacido el amor hacia el béisbol femenino en el amplio territorio de 1,964, 380 territorio cuadrado que tiene México.