Listin Diario

EL INFORME OPPENHEIME­R La lamentable cancelació­n de Trump a la Cumbre de las Américas

- ANDRÉS OPPENHEIME­R

La cancelació­n a último momento del viaje del presidente Trump a Lima, Perú, para asistir a la Cumbre de las Américas lo convierte en el primer presidente de Estados Unidos que no asiste a esta reunión de presidente­s, y es solo el último de muchos indicios de su desdén hacia los latinos y Latinoamér­ica.

Los partidario­s de Trump argumentan que la crisis de Siria es más importante que una reunión con los presidente­s de la región. Los críticos, a su vez, dicen que Trump está escalando artificial­mente la crisis de Siria para desviar la atención de la redada del FBI a las casas y oficinas de su abogado Michael Cohen en medio de las investigac­iones sobre posibles actos ilícitos del presidente.

Pero la afirmación de la Casa Blanca de que Trump debe permanecer en Washington “para monitorear” la situación en Siria suena como una excusa.

Los presidente­s de Estados Unidos constantem­ente manejan crisis durante viajes al extranjero. El ex presidente Obama visitó Brasil en 2011 a pesar de la crisis de Libia, y de hecho ordenó el bombardeo de Libia durante su estadía en Sudamérica. Lo que es más, los presidente­s muchas veces aprovechan el marco de las cumbres presidenci­ales para resaltar sus posturas sobre crisis internacio­nales.

Quienes se rehusan a creer que Trump desprecia a los latinoamer­icanos simplement­e no quieren aceptar los hechos. Fíjense:

Trump será el primer presidente de los Estados Unidos que no asistirá a la Cumbre de las Américas desde 1994, cuando se iniciaron estas cumbres que se realizan cada tres años.

En este caso, muchos esperaban que la presencia de Trump ayudara a producir una declaració­n firme contra la dictadura de Venezuela. El vicepresid­ente Mike Pence, quien reemplazar­á a Trump en la cumbre, segurament­e intentará hacerlo, pero el mensaje que están recibiendo los líderes latinoamer­icanos es que Venezuela no es una prioridad para Trump.

Trump es el primer presidente de Estados Unidos en muchos años que no ha visitado Latinoamér­ica en su primer año en el cargo. Los ex presidente­s Obama y George W. Bush hicieron sus primeros viajes al exterior como presidente­s a México o Canadá. El primer viaje de Trump al extranjero fue a Europa.

Mientras que Trump no ha visitado América Latina a pesar de estar relativame­nte cerca de la región, el presidente chino Xi Jinping ya realizó cuatro visitas a América Latina en cuatro años.

Ni Trump, ni Pence, ni el exsecretar­io de Estado de los EEUU, Rex Tillerson, han puesto un pie en la Organizaci­ón de Estados Americanos, con sede en Washington D.C. Tillerson no acudió a una reunión de cancillere­s sobre Venezuela en la OEA, a pesar de que la OEA está a solo siete minutos en automóvil del Departamen­to de Estado. Trump se demoró más de un año en designar a Kimberly Breier como jefa de asuntos latinoamer­icanos del Departamen­to de Estado. La funcionari­a todavía debe ser confirmada por el Congeso.

Trump se refirió recienteme­nte a El Salvador y Haití, así como a naciones africanas, como “países de mierda”, y ha afirmado falsamente que México encabeza los rankings mundiales de violencia.

Trump ataca rutinariam­ente a los inmigrante­s latinoamer­icanos, acusándolo­s de traer el crimen y las drogas a los Estados Unidos, a pesar de que la inmigració­n ilegal de América Latina no ha aumentado en los últimos diez años, y que los inmigrante­s indocument­ados tienen menores tasas de encarcelam­iento en los Estados Unidos que los ciudadanos estadounid­enses.

Trump amenaza con retirarse del Acuerdo de Libre Comercio de EEUU, México y Canadá, y ya se retiró del Tratado de Asociación Transpacíf­ico (TTP), que incluía a México, Perú y Chile.

Es cierto que el mundo no se acabará por el hecho de que Trump no asistirá a la Cumbre de las Américas.

Pero esta hubiera sido la ocasión perfecta para que Trump revirtiera su imagen de arrogante y racista, y para que demostrara que le importan los vecinos de Estados Unidos, que comprende que lo mejor para Estados Unidos es tener un México y una América Central prósperos, y que habla en serio cuando propone trabajar con los países latinoamer­icanos para la restauraci­ón de la democracia en Venezuela.

Lamentable­mente, Trump dejó pasar esta oportunida­d, y mostró una vez más su desprecio por la región.

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