CUANDO SE QUEBRANTA LA FRATERNIDAD
El amor entre hermanos es uno de los sentimientos más puros que existen. Sin embargo, una criaza inadecuada y la descomposición social lo pueden vulnerar.
Apolinar Federico Bisonó Pérez (Kuki) cumple un año de prisión preventiva acusado de ser el autor intelectual del asesinato de su hermano, Roberto Bisonó, cuya planificación también acabó con la vida de Elíseo Martínez, yerno de este.
Yimber Lewdy Jiménez Montero, de 25 años, murió a consecuencia de las estocadas que le propinó su hermano, Yenzi Jiménez Montero, durante una discusión que sostuvieron en el mer- cado fronterizo de Dajabón.
Estos dos casos, el primero sucedido el pasado siete de este mes y el segundo el 26 del pasado mes marzo, son los dos hechos más recientes que se han dado en República Dominicana en los que se ve quebrantada la fraternidad familiar. Desde el punto de vista psiquiátrico, para darse este tipo de casos debe haber un antiguo resentimiento, el cual, de no buscársele solución a tiempo, puede irse alimentando hasta que cualquier cosa puede ser el detonante para que sucedan casos violentos, inclusive hechos de muerte.
La opinión la sustenta Rodolfo Camarena, psiquiatra colombiano, experto en temas de familia, quien se muestra alarmado por la cantidad de riñas que en los últimos tiempos se dan, no en República Dominicana, sino en el mundo.
“Esto tiene un componente de formación, de crianza. A veces los padres comparamos a los hijos, damos más oportunidades y apertura a uno que a otros, o simplemente le alimentamos la equivocada creencia de que se lo merecen todo, aún sin que tengamos las posibilidades de darle ese todo”, sostiene Camarena.
A su consideración se suma la psicóloga Carmen Virginia Rodríguez, quien desde el punto de vista conductual ve los problemas entre hermanos como un mal manejo en la crianza y, en algunos casos, como un problema social en el que participan la ambición, la competencia, la intolerancia, la envidia y, por qué no, la falta de amor.