Mis 40 segundos
El inicio de la Revolución, el 24 de abril de 1965, se constituyó de inmediato en un tema noticioso a nivel mundial. Aunque las noticias iniciales no definían un preciso estado de cosas, el antecedente del derrocamiento del gobierno del profesor Juan Bosch establecía un punto de relación que podía dar lugar a las más abiertas suposiciones y especulaciones. Desde el principio, en el seno del gobierno del presidente Lyndon B. Johnson. en Washington, surgió el temor de que el grupo revolucionario estuviera altamente infiltrado por elementos de izquierda simpatizantes de Fidel Castro y el sistema comunista que se acababa de establecer en Cuba. Esto motivó a que los medios de comunicación de los Estados Unidos se interesaran en cubrir los acontecimientos, ya que todos los movimientos alrededor de la Casa Blanca y el Pentágono indicaban que se podía producir una invasión de fuerzas militares norteamericanas a la República Dominicana. Efectivamente, esa invasión se produjo un día como hoy, hace exactamente 53 años. Las fuerzas norteamericanas desembarcaban en Santo Domingo. Algunos días más tarde recibí una llamada de Franklin Polanco, de la Embajada de Estados Unidos, en la que me decía que el reportero de ABC News, Merwin Sigal, había manifestado que necesitaría la ayuda de algún periodista dominicano que fuera bilingüe para asistirlo en su cobertura, ya que él no conocía el sitio ni hablaba español. Me dijo: “Ellis pensamos que tú eres esa persona; queremos saber si podría interesarte para darle tu referencia”. Le dije: “Sí, podría ser”. Acordamos una reunión en el hotel El Embajador, donde él se hospedaba, y después de conversar un rato me dijo: “Tenemos que hacer una prueba y enviarla por teléfono a Nueva York, que es donde aprobarán o rechazarán tu contratación. Escribe un reporte sobre lo siguiente: supongamos que acaban de asesinar a Fidel Castro en Cuba y que tú vas a reportar esa noticia, comienza a escribir”. Cuando bajé la cabeza y tomé el bolígrafo, agregó: “El contenido tiene que estar limitado a 40 segundos”. Yo le dije: “¡40 segundos para una noticia que podría tener tantas aristas y repercusiones!”. Él sonrió y me dijo: “Sí, 40 segundos, si te pasas, hay un supervisor encargado de editar el material; y si a él se le pasa, hay una máquina que a los 40 segundos te saca del aire. De manera que, con eso en cuenta, adelante”. Yo procedí a escribir mi reportaje y tuve que repetirlo como 5 o 6 veces antes de poder lograr los 37 o 38 segundos.
Esa primera lección me llevó a realizar mis reportajes posteriores con más facilidad para lograr contar cada historia subsiguiente dentro de los famosos 40 segundos. Ahora, con la limitación del Twitter he logrado un mayor grado de eficacia para decir cosas o contar historias en poco tiempo/espacio.