¿Por qué insisten?
Nadie aprende en cabeza ajena, dice el refrán. Los golpes que desde hace años viene dando la Dirección General de Aduanas a aquellos que pretenden vivir del contrabando, son la mejor muestra. Recuerdo como actuaba el fenecido Miguel Cocco frente a los que intentaban introducir cualquier tipo de mercancía por los puertos o aeropuertos del país. Estuvo enfrentado a empresarios, sectores de su propio partido, ciudadanos independientes e industriales, por las incautaciones. A nadie sorprendía que el mismo Cocco, en persona, llegara a uno de los puertos a cualquier hora, de noche o día, para ver cómo se manejaba la entrada de mercancías. En más de una ocasión detectó uno que otro cargamento irregular. Sin embargo, hay que decir que a pesar de que la dirección de aduanas, desde la su nivel más alto, siempre ha estado OJO AVISOR contra el contrabando, siempre ha habido ESCAPES. Alguno que otro empleado desaprensivo, mal dominicano o por ambición, se ha vinculado con algún empresario para DEJAR VOLAR algún contenedor lleno de mercancía ilegal, o falsificada alguna cantidad de moneda extranjera que debió ser declarada por la vía legal.
Euros, dólares, armas, wiskies, zapatos, carteras, piezas de vehículos y otro tipo de mercancía ha pretendido ser entrada ilegalmente al país. Algunos lo han logrado, eso no se puede negar, porque la complicidad en ocasiones ha burlado la vigilancia estricta. Buscando enriquecerse de la forma más fácil, golpeando la economía del país sin pagar los impuestos, estos ciudadanos han pretendido saltarse las reglas. ¿Qué pasa con aquellos que se dedican a esta actividad ilícita? ¿ Es que no escar- mientan o es que alguien le da tanta garantía de pasar esa mercancía, que no temen ser descubiertos? ¿y las compañías, de verdad son tan inocentes?
Lo cierto es que el golpe al contrabando sigue siendo cada vez más contundente. Es cierto, hubo una época en la que, el llamado VOLAO era casi la norma. Desde la llegada de Miguel Cocco a Aduanas las cosas cambiaron. Todos los que le han sucedido han aumentado la protección en los puertos y aeropuertos para enfrentar el contrabando. Este último año ha llamado la atención la cantidad de millones de unidades de cigarrillos que han sido incautados y triturados por las autoridades. También alarma la cantidad de bebidas alcohólicas, en ocasiones falsificadas, y otras de buena calidad, que pretenden ser metidas de contrabando.
El último golpe dado a los contrabandistas fue el pasado martes 24, tal vez aprovechando que muchos dominicanos, incluyendo empleados aduaneros, estábamos recordando la Guerra de Abril, no serían detectados. A través de una compañía de las denominadas shippings o mudanceras, un ingenioso pretendió hacer llegar de contrabando al país un millón 456 mil 570 dólares, con la mala suerte para él, que los mecanismos anticontrabando están más activos que nunca. Y uno se pregunta ¿por qué insisten en pretender violentar los controles de seguridad en puertos y aeropuertos, cuando se han dado tantos golpes a los que lo han intentado? Yo creo que es que el contacto les falla. Por eso, deben las autoridades permanecer cada vez más atentas en su política anticontrabando. Porque parece que, nadie que no esté MUY SEGURO de poder pasar una cantidad tan grande de dólares, se aventura a traerlo por esa vía.
Desde mis Expresiones, digo a quienes pretenden vivir de esta práctica, que se sometan a la legalidad y entiendan que desde la actual Dirección General de Aduanas, los están velando, porque Enrique Ramírez Paniagua y su equipo, como Nueva York… NUNCA DUERME.